Un rincón mágico en el altiplano jujeño: solo tiene 300 habitantes y sus paisajes rojizos recuerdan a Marte

Perdido en lo profundo del altiplano de Jujuy, a más de 4.500 metros sobre el nivel del mar, se encuentra Cusi Cusi, un pequeño pueblo con menos de 300 habitantes que sorprende a quienes se animan a explorar sus calles.
Alejado de las rutas turísticas tradicionales, este diminuto caserío se convirtió en un destino imperdible para quienes buscan paisajes únicos y la autenticidad de la cultura local.

Ubicado a 350 kilómetros de San Salvador de Jujuy, Cusi Cusi está compuesto por apenas dos calles principales, una plaza central y una iglesia colonial que conserva la arquitectura y el encanto de tiempos pasados. Sin embargo, el verdadero atractivo del lugar no solo reside en su patrimonio arquitectónico, sino en la calidez de sus habitantes y en la riqueza de su entorno natural.
La gastronomía local refleja la tradición de la región. Los vecinos preparan platos típicos con productos autóctonos, como quinoa, carne de llama y trucha de río. Humitas, locros y cazuelas se sirven tanto en comedores familiares como en ferias organizadas en la plaza durante las festividades, ofreciendo a los visitantes una experiencia auténtica y sabrosa.
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A pocos kilómetros se encuentra el Valle de la Luna de Cusi Cusi, un escenario geológico único formado por la erosión que ocurrió durante milenios. Sus tonalidades rojizas, verdes, grises y violáceas crean un paisaje que parece salido de otro planeta. Mesetas, cañones y curvas completan la postal, convirtiéndolo en un destino ideal para fotógrafos y amantes de la naturaleza.
El acceso a la zona requiere precaución debido a la altura. El mal de altura, conocido como “apunamiento”, puede afectar a quienes no están acostumbrados a la altitud.

Sin embargo, quienes superan este desafío se ven recompensados con la experiencia de un pueblo diminuto, una cultura viva y un paisaje que parece sacado de la ciencia ficción.
Cusi Cusi representa así una joya escondida del altiplano jujeño: un lugar donde la historia, la gastronomía y la geografía se combinan para ofrecer a los visitantes una experiencia inolvidable y un contacto auténtico con la naturaleza y la cultura andina.