El gobierno de Javier Milei reactiva el puente Buenos Aires-Colonia: cómo y cuándo nació la idea
Un repaso por el proyecto que despertó expectativas en Argentina y Uruguay y que hoy vuelve a escena con propuestas de dos empresas que Luis Caputo analiza en su mesa de trabajo.

En el siglo pasado, en 1998, tomó forma una idea que uniría a Buenos Aires con Colonia de una manera más eficaz que la que se ofrece en la actualidad con la construcción de un puente. Sin embargo, la vía entre la capital argentina y la ciudad uruguaya no logró superar innumerables obstáculos.
La idea fue de los funcionarios de Carlos Menem en Argentina y de Julio María Sanguinetti en Uruguay, y se proyectaba su construcción para fines del ‘98. Los problemas logísticos lo frenaron, pero los planos quedaron y la idea de cómo construirlo también.

Desde fines de la década del 90 están terminados los estudios de ingeniería, de impacto ambiental, de navegación, de proyectos complementarios, de tráfico automotor y los análisis económico-financieros. Se midió hasta la altura para que La fragata Libertad pueda pasar perfectamente por debajo del puente, porque la altura de éste sería de 65 metros sobre el nivel del río. Y si quienes ganan la obra así lo deciden porque es rentable, se incluiría en el puente una vía ferroviaria.
El puente quedó simplemente en un plan, pero recientemente trascendió que el gobierno nacional analizará la posibilidad de concretar el ansiado proyecto que una los dos países. Incluso, desde enero de este año, el ministro de economía, Luis Caputo tiene sobre su mesa de trabajo la propuesta de dos compañías para reflotar el tema.
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Cómo sería la obra para construir el puente que una Buenos Aires con Colonia
Según la documentación oficial publicada, la obra propuesta fue titulada como “Construcción, Operación y Mantenimiento del nuevo “Puente Internacional Brazo Largo (Argentina) – Nueva Palmira (departamento de Soriano, Uruguay)”.
La misma sería ejecutada a través de la modalidad de concesión de obra pública. En total serían 38 kilómetros de puente y rutas de acceso, que demandarían una inversión de unos 310 millones de dólares, según estimaciones de las firmas proponentes, que solicitan la operación durante 30 años, inicialmente. Las obras requerirían unos cuatro años de trabajo.
En el documento, las empresas indican que el proyecto “permitirá una unión más eficiente entre los países, acortando la distancia entre Montevideo y Buenos Aires en 150 kilómetros y reduciendo también la distancia en unos 215 kilómetros entre las localidades de Colonia y de Buenos Aires”.
El futuro puente entre Colonia y Buenos Aires, un desafío para Buquebús
La eventual construcción del puente generaría un cambio significativo en el esquema de movilidad entre las dos capitales rioplatenses. Aunque no reemplazaría los servicios fluviales, sí introduciría un competidor de peso en materia de conectividad directa. El tráfico turístico y comercial, que hoy depende en gran medida de las rutas de ferris, podría diversificarse hacia el transporte vial, lo que representa un desafío para Buquebús, la principal empresa que opera el corredor marítimo entre Argentina y Uruguay.
Esta situación se desarrolla en un contexto complejo para la compañía, marcado por fallos judiciales, demoras técnicas en nuevas embarcaciones y un aumento de reclamos de pasajeros en los últimos años.

Uno de los frentes judiciales más relevantes para la empresa es el fallo emitido por el Juzgado Nacional en lo Civil y Comercial Nº 4, que condenó a Los Cipreses S.A. (armador) y Belt S.A. (agente), ambas controlantes de Buquebús, a indemnizar a los pasajeros de un viaje realizado en 2013.
Ese episodio, que derivó en una demanda colectiva iniciada hace 12 años, se dio por un viaje que estaba programado para zarpar a las 8.45 y arribar a las 10.45 a Colonia, pero, finalmente llegó a destino a las 12.10. Esa diferencia, que a la distancia puede parecer poco tiempo, activó una acción judicial impulsada por la asociación Consumidores Libres que derivó en una sentencia firme por daños derivados de la “pérdida de tiempo de vida y agravio moral”, con un resarcimiento base de $10.000 por pasajeros, cifra que se incrementará por los intereses. Por último, el tribunal decidió que se abone la diferencia entre el costo de un buque rápido y uno lento, también, con actualización.


















