"Proyecto sin piedad": el plan de espionaje qatarí sobre la FIFA para ser sede del Mundial 2022

El Mundial Qatar 2022. Foto: NA.

El 20 de noviembre comenzará la próxima Copa del Mundo que pondrá en jaque los corazones de todos los fanáticos. Detrás de escena, Qatar, el país anfitrión de la cita mundialista, realizó una operación multimillonaria de alta inteligencia sobre funcionarios de la FIFA para llevar a cabo el máximo espectáculo futbolístico en su nación.

Según una investigación realizada por los medios suizos SRF y Swiss Info, el Estado de Qatar puso en práctica el "Proyecto sin piedad" para alcanzar la candidatura del Mundial 2022, después de una lluvia de críticas que promovió la concesión del torneo por parte de la FIFA al país asiático en 2010.

¿Cuánto costó el plan? 387 millones de dólares. Entre las actividades que englobaron a cinco continentes, miembros importantes del gobierno qatarí estuvieron involucrados en trabajos de espionaje, incluido Tamim bin Hamad Al Thani, el actual Emir de Qatar.

Qatar le ganó a Australia como sede del Mundial. Foto: EFE.

Para asegurar la celebración del Mundial en Qatar, el gobierno de dicho país contrató a la empresa privada estadounidense Global Risk Advisors (GRA), una consultora estratégica internacional, de la cual es dueña Kevin Chalker.

Conforme la agencia de noticias AP, Chalker tenía la función de mejorar la imagen de Qatar, "investigar a fondo" los críticos que acusaron a la monarquía del Golfo Pérsico de financiar a los terroristas y cometer otros tipos de infracciones.

Los espías de la consultora estadounidense vulneraron cuentas de correo electrónico, computadoras, teléfonos, investigaron a amigos e incluso familiares de dirigentes y asesores de la FIFA. Frente a esta situación, AP y ESPN informaron que el FBI está detrás de las actividades de Global Risk Advisors.

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La génesis del "Proyecto sin piedad"

Joseph Blatter, el expresidente de la FIFA. Foto: NA.

El 5 de enero de 2012 se inició el primer golpe. Joseph Blatter, por aquel entonces presidente de la FIFA, empezó a recibir extraños correos electrónicos. ¿Cuál era el objetivo? Que abriera los archivos adjuntos para instalar, de forma secreta, un software maligno en su computadora.

Peter Hargitay, un influyente asesor dentro de la FIFA, fue el blanco principal. Con el paso del tiempo, Hargitay se convirtió en asesor de la Federación Australiana de Fútbol y de su presidente Frank Lowy. Justamente, ambos querían que el Mundial de 2022 se lleve a cabo en Australia, y no Qatar. Sin embargo, su plan no funcionó, ya que la computadora de Hargitay fue vital para los espías.

Los documentos de Global Risk Advisors revelaron un plan de campaña de desprestigio, en el cual se recopilara información incriminatoria sobre Frank Lowy y Peter Hargitay, quienes se mostraban como máximos competidores de Qatar en la organización de la cita mundialista que, finalmente, terminó quedando en manos del país asiático.