Havannet Tres Chocolates, la nueva delicia de Havanna, ya se vende en todos los locales: cuánto cuesta la unidad
Tras el éxito del alfajor Dubai, la icónica marca marplatense presentó una nueva propuesta para los más golosos, diseñada para competir directamente con Fantoche y Jorgito.

Havanna lo hizo de nuevo y dio a conocer su nuevo producto: Havannet Tres Chocolates, edición especial que promete conquistar a quienes disfrutan de cada bocado.
Combina lo mejor de cada cosa: el dulzor del chocolate blanco, la intensidad del chocolate semiamargo y el clásico relleno de dulce de leche con cobertura de chocolate 70% cacao. El resultado es un equilibrio perfecto entre dulzura e intensidad.
Cuánto cuesta el Havannet Tres Chocolates
El producto ya está en los Havanna de todo el país y en su tienda online oficial, se vende por seis a $10.500. En los locales se puede conseguir por unidad a $2.000.


Tendencia mundial, líneas artesanales y premium
La marca Havanna, con mayor presencia en cafeterías, busca crecer con nuevos sabores, y este año se metió de lleno con el chocolate Dubai y ahora con el triple de dulce de leche.
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Por su parte, las líneas artesanales, premium, saludables y sin gluten vienen aumentando su participación, especialmente en tiendas especializadas y plataformas digitales, aunque el 60% del mercado sigue controlado por grandes compañías como Arcor, Mondelez y Havanna.
La historia de Havanna
Para remontarnos a su origen hay que viajar a 1947 cuando la empresa fue fundada por Benjamín Sisterna, Demetrio Elíades y Luis Sbaraglini. Al tiempo comenzó su actividad como productora de alfajores en la ciudad de Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires el 6 de enero de 1948.
Benjamín Sisterna nació en Vera, Santa Fe, y a los 11 años empezó vendiendo tortitas negras en las calles de su ciudad. A los 18 años se mudó a Buenos Aires, junto a su madre y sus dos hermanas, y ahí pasó por varias confiterías donde aprendió los secretos de la panadería, pero su incursión en el mundo del alfajor recién se produjo a fines de los 30.

Entró a trabajar en una fábrica de alfajores que se llamaba Santa Mónica donde, con varias ideas, Benjamín generó un incremento en las ventas y un tiempo después compró una parte de la compañía. Uno de los dueños de Santa Mónica era el italiano Luis Sbaraglini, que pasó de ser jefe a socio de Sisterna.
Entre los clientes de aquella fábrica estaba el griego Demetrio Elíades que, tras algunos negocios exitosos, logró abrir una confitería llamada Havanna en la esquina de Rivadavia y Buenos Aires, en Mar del Plata. El trío trabajó junto a un pastelero durante seis meses hasta que dieron con el sabor esperado y el 6 de enero de 1948 reinauguraron Havanna.
Por el gran éxito abrieron más sucursales y para fines de los 50, contaban con 10 locales en Mar del Plata y repartían la elaboración entre algunos de estos puntos. Con el correr de las décadas comenzó a otorgar franquicias y se expandió en la Ciudad de Buenos Aires.


















