"Sin contacto y en el fondo del mar": el escalofriante simulacro con el que la Armada Española se prepara para lo peor

Un submarino S-80 "desapareció" en medio de una misión de rutina frente a las costas de Cartagena. La alarma se activó de inmediato, se perdió contacto con la nave y la Armada Española movilizó todos sus recursos: aviones, buques, unidades terrestres, médicos, psicólogos y expertos en comunicación de crisis.
Sin embargo, este no fue un incidente real, sino que se trata del ejercicio "Cartago 25", un simulacro de máxima exigencia diseñado para preparar a las fuerzas de rescate ante una de las situaciones más complejas que puede afrontar una marina: la localización y salvamento de un submarino siniestrado.

La iniciativa, desarrollada junto a la Universidad Católica de Murcia, recrea con extremo realismo el hundimiento de uno de los sumergibles más avanzados de Europa. "Actuar de forma coordinada y rápida para el rescate de los miembros del submarino siniestrado”, expresa el objetivo oficial del operativo, que no deja lugar para improvisar.
¿Qué pasa si se hunde un submarino?: la Armada Española lo puso a prueba en un impactante simulacro
En el corazón de la base naval de Cartagena, sede de la Flota de Submarinos, se desarrolla la fase teórica del ejercicio. La parte práctica, que tendrá lugar en septiembre, pondrá en acción todos los protocolos: desde la búsqueda en profundidad, hasta la asistencia emocional a las familias simuladas y la contención del flujo informativo ante una opinión pública que, en un caso real, exigiría respuestas inmediatas.
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En el interior de un S-80 se sigue un protocolo estricto ante un accidente. Los tripulantes deben moverse hacia proa o popa según la entrada de agua. En caso de quedar varados en el lecho marino, pueden recurrir al cofferdam, una zona intermedia equipada con alimentos, agua y trajes de emergencia, mientras esperan la llegada del equipo de rescate, que se acopla al casco para extraerlos.
El Ministerio de Defensa destaca que el adiestramiento es esencial para minimizar los tiempos de respuesta y maximizar las posibilidades de supervivencia. En estos ejercicios también se ensayan el uso de drones, vehículos no tripulados y herramientas tecnológicas de última generación.
Este año, además, el Arma Submarina celebra sus 110 años de existencia, y este aniversario subraya la necesidad de mantener un nivel óptimo de preparación. Más allá del realismo del simulacro, lo que se busca es evitar que un escenario así ocurra alguna vez en la vida real.