Una respuesta a la amenaza regional: la potencia asiática que se rearma con la compra de 114 aviones
En una movida que marca un punto de inflexión para su programa MRFA (Multirole Fighter Aircraft), la Fuerza Aérea de la India (IAF) impulsa la compra de hasta 114 aviones cazas Dassault Rafale mediante un acuerdo de gobierno a gobierno con Francia. La iniciativa representa un avance decisivo tras años de demoras que dejaron al programa en un limbo con consecuencias operativas importantes.
Según reportes locales, la propuesta incluiría una cláusula fundamental: la posibilidad de fabricar parte de los aviones en suelo indio. Esta condición permitiría reforzar las capacidades industriales nacionales y facilitaría la aprobación política por parte de Nueva Delhi, en línea con la estrategia “Make in India”.
Se espera que la IAF presente formalmente el caso MRFA en aproximadamente un mes para obtener la Aceptación Inicial de Necesidad (AoN). De recibir luz verde del Consejo de Adquisiciones de Defensa (DAC), presidido por el ministro Rajnath Singh, el proceso formal de adquisición podría comenzar.
Un funcionario del Gobierno, en condición de anonimato, declaró a medios locales: “El gobierno tomará la decisión final cuando el caso MRFA llegue a la DAC. Sin embargo, la Fuerza Aérea ha proyectado una necesidad urgente de Rafales adicionales para frenar la disminución de sus escuadrones de cazas”.
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India y un escenario de urgencias operativas
La urgencia de esta compra tiene raíces profundas. Por un lado, la India continúa perdiendo capacidades por el progresivo retiro de sus aviones MiG-21, una plataforma de diseño soviético con más de seis décadas en servicio. Por otro, persisten los retrasos en la entrega del LCA Tejas Mk1A, el caza de producción nacional que enfrenta demoras debido al envío tardío de motores estadounidenses F404, esenciales para su fabricación.
Como resultado, la IAF enfrenta una preocupante merma en su disponibilidad operativa. Al concretarse el retiro completo de los MiG-21, la institución pasará de los 42 escuadrones requeridos estratégicamente a solo 29 en condiciones de combate.
El impacto de los enfrentamientos con Pakistán
A esto se suma el impacto de la Operación Sindoor, una ofensiva aérea contra Pakistán, donde los Rafale fueron desplegados como punta de lanza. Pese a su desempeño, algunos ejemplares habrían sido derribados por cazas J-10C de origen chino equipados con misiles PL-15E, cuya capacidad de alcance de 200 km sorprendió a los pilotos indios, quienes calculaban un alcance máximo de 150 km.
Aunque la India no ha confirmado oficialmente estas bajas, Islamabad sostiene haber derribado al menos tres Rafale durante el conflicto.
Mientras tanto, la propuesta de adquisición directa evitaría una prolongada licitación abierta que involucraría a múltiples oferentes globales, lo que históricamente ha sido fuente de demoras e incertidumbre para el país. India ya cuenta con experiencia previa con el Rafale, tras adquirir 36 unidades en 2016 por un valor estimado de 59.000 millones de rupias.
Ventaja comparativa con otros modelos de aviones de combate
Estas aeronaves están actualmente desplegadas en las bases de Ambala y Hasimara, que según fuentes oficiales podrían albergar un escuadrón adicional cada una sin necesidad de mayores inversiones en infraestructura.
Esta continuidad logística y operativa con el sistema Rafale le otorga una ventaja comparativa sobre otros modelos internacionales, al tiempo que permite una rápida incorporación a los estándares tácticos ya vigentes en la IAF.
No solo la Fuerza Aérea está apostando por el Rafale. En abril de 2025, la Armada de la India firmó un contrato por más de 63.000 millones de rupias para incorporar 26 cazas Rafale-M destinados a operar desde sus portaaviones INS Vikrant e INS Vikramaditya. El acuerdo prevé el arribo de 22 unidades monoplaza y 4 biplaza entre 2028 y 2030.
Esta elección dejó fuera de competencia al F/A-18 Super Hornet de Boeing, el otro finalista en la puja por equipar la aviación embarcada india. Con esta doble apuesta -en aire y mar-, la India consolida su alianza estratégica con Francia y fortalece una línea de defensa común frente a sus vecinos más desafiantes: China y Pakistán.
De concretarse, la adquisición de los 114 Rafale representaría uno de los mayores programas de defensa de la India en los últimos años, apuntalando su poder aéreo en un momento clave para su seguridad regional.