Estrategia militar: afirman que EEUU debe inspirarse en la guerra de Malvinas ante un posible conflicto con China por Taiwán

Apoyarse en socios directos, tal cual sucedió en 1982, puede ser determinante en una guerra en el Indo-Pacífico.
Taiwán se prepara para un eventual conflicto con China.
Taiwán se prepara para un eventual conflicto con China. Foto: REUTERS

Un reciente informe plantea que las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y sus socios en Asia deben extraer lecciones de lo sucedido en la guerra de Malvinas para enfrentar un eventual escenario en el Indo-Pacífico, que combine un ataque chino sobre Taiwán con una ofensiva norcoreana contra Corea del Sur.

Según el estudio de Geopolitical Monitor, el conflicto bélico entre Argentina y Reino Unido es un caso paradigmático de improvisación estratégica y de gestión de alianzas en un contexto de aislamiento geográfico y diplomático.

Soldados argentinos Foto: Archivo Infobae

Por eso, el documento sostiene que lo decisivo en Malvinas no fue un tratado formal, sino la capacidad de algunos países de brindar apoyos prácticos, desde inteligencia hasta logística y respaldo diplomático.

De este modo, el informe advierte que lo esencial en Asia será la preparación política y material de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur para sostener operaciones militares prolongadas en un contexto de máxima presión.

El apoyo de los aliados del Reino Unido, claves para la victoria en la guerra de Malvinas

Tal como pretende Estados Unidos en el Indo-Pacífico, en el conflicto del Atlántico Sur, Gran Bretaña recibió distintos apoyos indirectos que resultaron determinantes: el acceso a la isla Ascensión —territorio británico con presencia militar estadounidense— permitió establecer un hub logístico indispensable, al que se sumó el aporte de transporte estratégico norteamericano mediante aviones C-141 y C-5.

Estados Unidos también brindó inteligencia satelital y de señales, mientras que Francia suspendió ventas militares y el entonces Mercado Común Europeo aplicó sanciones económicas.

Además, Chile ofreció en forma discreta cobertura radar y advertencias tempranas. Ninguna de estas medidas surgió de una obligación jurídica dentro de la OTAN, sino de decisiones políticas que, en su conjunto, condicionaron el desarrollo del conflicto.

El informe señala que en Asia podría darse una situación equivalente: en el Atlántico Sur, Chile desempeñó un rol de socio silencioso; en Asia, ese papel podría recaer en países como Singapur o Filipinas que, sin entrar directamente en combate, podrían ofrecer puertos alternativos, facilidades de reparación o tránsito aéreo en caso de que bases principales quedaran fuera de servicio.