Siria se consolida como un narcoestado y aumenta la producción de anfetaminas

“La droga de los jihadistas”, el Captagón, constituye el mayor ingreso de divisas para el país. Decenas de narcotraficantes fueron interceptados esta semana por el ejército jordano.

Por Canal26

Domingo 30 de Enero de 2022 - 13:10

Mayor cargamento de Captagon requisado en Italia en julio de 2020Mayor cargamento de Captagon requisado en Italia en julio de 2020

Siria se consolida como un narcoestado. Bajo el régimen de Bashar al Assad, está aumentando la producción de anfetaminas y hashish a niveles que lo convierten en uno de los mayores productores globales.

 

El jueves pasado en la frontera con Jordania, un grupo numeroso de narcotraficantes se enfrentaron con el ejército jordano. Murieron al menos 27 de los delincuentes.

 

Algunas fuentes hablan de un grupo de al menos 80 narcotraficantes y soldados sirios que aprovecharon una densa neblina en esa zona para traspasar el cargamento y que al menos 50 de ellos murieron en los enfrentamientos con las fuerzas jordanas. Transportaban varias toneladas de Captagón, la denominada “droga de los jihadistas”, que es fabricada en Siria bajo la custodia de un batallón especial del ejército al mando de un hermano de Bashar al Assad.

 

Según informó el ejército jordano, varios contrabandistas resultaron heridos y los restantes huyeron nuevamente hacia territorio sirio “apoyados por otros grupos armados”.

 

Pero no fue un hecho aislado. En esa misma zona, una semana antes habían asesinado a un comandante jordano. Muy cerca se encuentra el paso de Jaber/Nassib con un enorme tráfico de camiones que llevan y traen mercaderías a todo Medio Oriente, incluidas las anfetaminas sirias que son muy populares en Irak, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes. Previamente, el canciller jordano, Ayman Safadi, había dicho que “el país está en el punto de mira de los narcotraficantes”.

 

El narcotráfico es la mayor fuente de ingresos de Al Assad y sus asociados. El último año exportaron drogas por un valor de 3.460 millones de dólares, de acuerdo al reciente informe del Center for Operational Analysis and Research (COAR), un prestigioso centro de estudios que monitorea la crisis social y económica de países en guerra.

 

El Captagón, el nombre comercial de un fármaco en base a la fenitilina que se desarrolló en la década de 1960 y se recetó como tratamiento para el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), la narcolepsia y la depresión representa su mayor ingreso. Se describe como un “coraje químico” y hablan de sus consumidores como “zombis” o “soldados sobrehumanos” sin miedo. Los milicianos del ISIS lo usaron extensivamente.

 

En el caso sirio, se denomina Captagón a una multiplicidad de drogas sintéticas elaboradas con un cóctel de sustancias más comunes, como cafeína, anfetamina y teofilina que son conocidas en el mercado negro por su característica de dos medias lunas estampada en las pastillas. En el mundo árabe la llaman “abu hilalain,” o “la de las dos lunas”. Hay pastillas de diferente calidad y precio.

 

Una investigación del New York Times descubrió que gran parte de la producción y distribución está supervisada por la Cuarta División Blindada del Ejército sirio, una unidad de élite comandada por Maher al-Assad, el hermano menor del presidente. También están involucrados varios empresarios ligados al régimen y el grupo terrorista libanés Hezbollah.

 

En los últimos tres años, las autoridades de Grecia, Italia, Arabia Saudí y Bulgaria incautaron cientos de millones de pastillas, la mayoría de ellas procedentes de un puerto de Latakia, sobre el Mediterráneo, controlado por el gobierno en Siria.

 

“Es literalmente el gobierno sirio el que está exportando las drogas. No es que miren para otro lado mientras los cárteles de la droga hacen lo suyo. Ellos son el cártel de la droga”, le dijo al Times, Joel Rayburn, ex enviado especial para Siria de la Administración Trump, según consigna un informe de Gustavo Sierra para Infobae.

 

A mediados de 2020, autoridades portuarias italianas anunciaron la incautación de 84 millones de pastillas del narcótico sintético Captagón, valoradas en 1.100 millones de dólares, a bordo de tres buques de carga procedentes de Siria.

 

Los laboratorios donde se produce Captagón son en general pequeños e improvisados con unas pocas personas que combinan los productos químicos y otros que los prensan en píldoras con máquinas sencillas.

 

Según los informes recopilados por agencias de inteligencia europeas, la custodia de los cargamentos la realizan agentes especiales de la oficina de seguridad de la Cuarta División del ejército sirio, que está a cargo del general de división Ghassan Bilal.

 

“Las fábricas de Captagon están presentes en las zonas de control de la Cuarta División y bajo su protección”, aseguró Hassan Alqudah, jefe del departamento de narcóticos de la Dirección de Seguridad Pública de Jordania.

 

De acuerdo a estos informes, los laboratorios que se encuentran más cerca de la frontera con El Líbano están operados directamente por las milicias del Hezbollah. De estas operaciones también participa Nouh Zaiter, un narcotraficante que fue condenado en ausencia a cadena perpetua con trabajos forzados por un tribunal militar libanés el año pasado. El resto, está en manos de dos “empresarios”, Amer Khiti y Khodr Taher, que se hicieron ricos manejando el mercado negro durante la guerra y haciendo favores a la familia Al Assad.

 

La zona jordana de los alrededores de Mafrak, donde se produjo el tiroteo, es por donde sale la mayor cantidad de Captagón. El número de píldoras de esta anfetamina incautadas en Jordania este año es casi el doble de la cantidad confiscada en 2020. Con información de Infobae.

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