Agresividad canina: un estudio de Harvard reveló un factor clave en el comportamiento de los perros

Tener un perro es una de las cosas más lindas de la vida, ya que son compañeros, cariñosos y sobre todo muy protectores de sus dueños. Pero, aunque con los humanos suelen tener comportamientos amorosos, algunos pueden tener mucha agresividad con otros animales e incluso personas. Por este motivo, la Universidad de Harvard decidió investigar la raíz de estas conductas y reveló una gran explicación.
Según publicó la revista científica Scientific Reports, un equipo de la casa de altos estudios identificó que las experiencias negativas durante los primeros 6 meses de vida afectan el comportamiento de los perros en la edad adulta. La investigación observó muy de cerca a 4497 animales de 211 razas y detectó que la negligencia o el maltrato de muy cachorros incrementan de forma significativa la probabilidad de desarrollar miedo, estrés y agresividad.

En este sentido, los investigadores de Harvard señalaron que “los eventos estresantes antes de los seis meses de edad se asocian con un aumento significativo de conductas indeseables”.
Además, el análisis demostró que el efecto de estas experiencias tempranas es tan determinante como factores como el sexo o la edad del animal.
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Entre las razas con mayor sensibilidad a la adversidad se encontraron los perros esquimales americanos, los huskies y los sabuesos leopardo americanos. Por otro lado, los perros labradores, golden retrievers y los border collie mostraron mayor estabilidad conductual, debido a que atravesaron menos situaciones negativas cuando eran unos bebés.

La socialización temprana como clave para tener un perro dócil y mimoso
Uno de los puntos más potentes del estudio realizado por la Universidad de Harvard es la necesidad de fomentar la socialización de los perros cachorros e incluso de aquellos canes que atravesaron situaciones negativas, de maltrato o abandono. En el sondeo, estos últimos mostraron una mejor recuperación emocional si durante los primeros meses de rescate tienen interacciones positivas con personas, otros animales y su nuevo entorno.
La conclusión es clara: la socialización temprana puede neutralizar secuelas negativas y prevenir futuros problemas de conducta. Sin embargo, un perro agresivo no está perdido, simplemente necesita disciplina y mucho amor para poder recuperar la confianza en el mundo.

Por último, la investigación destaca que comprender esta etapa crítica no solo mejora la convivencia entre humanos y perros, sino que también reduce el riesgo de abandono. Un perro con problemas de comportamiento tiene más chances de ser rechazado o devuelto tras una adopción.
Por eso, los autores subrayan la necesidad de promover programas de socialización y rehabilitación temprana, tanto en hogares como en refugios y protectoras.