Documentan una medusa gigante y de color de algodón de azúcar: se alimenta de sus compañeras

Las costas del Golfo de México fueron testigos de un fenómeno único en la naturaleza: la aparición de una medusa rosada de gran tamaño y apenas estudiada por la ciencia. Lejos de tener una estructura etérea y gelatinosa, este ejemplar parece romper todos los esquemas, ya que tiene hasta 20 tentáculos.
La medusa, conocida popularmente como pink meanie, o “la malvada rosada”, no es solamente reconocida por el gran tamaño de sus tentáculos, ya que pueden alcanzar más de 22 metros, sino por su dieta depredadora: se alimenta de sus compañeras y es una especie extremadamente rara.

El primero en alertar su existencia fue Jace Tunnell, biólogo marino y divulgador del Harte Research Institute en Corpus Christi, a finales de septiembre. En las costas de Texas, se encontraron al menos 12 ejemplares varados en la arena, algunas de ellas vivas, enroscando a sus presas preferidas: las medusas comunes.
Medusas de algodón de azúcar: cómo son las pink meanie
El director de participación comunitaria, Jace Tunnell, explicó que la proliferación de esta medusa está directamente relacionada con la migración de la medusa luna (la más común) y que ésta es su principal fuente de alimento: “Cuando las medusas luna están presentes, estas se alimentan de ellas y, una vez que desaparecen, también lo hacen las ‘pink meanie’”, detalló el biólogo.
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La supervivencia de esta especie depende tanto de la disponibilidad de presas, como de la condición de la temperatura del agua, ya que, según remarcó Tunnell, si el suministro de “comida” baja o el agua se enfría demasiado, las pink meanie suelen desaparecer, por lo que no se sabe cuántos ejemplares puede haber en las costas de México, en el Mediterráneo e incluso en Latinoamérica.

Y a pesar de su imponente presencia y su espíritu depredador, estas medusas no son peligrosas para los humanos, ya que su picadura es considerada como leve. En este sentido, Tunnell remarcó que ha manipulado varios ejemplares con guantes y que sintió un ligero picor en los dedos, pero que no es grave o letal: “Lo describiría como un hormigueo suave, nada grave”, afirma en su divulgación.
Por último, algo que ha llamado la atención poderosamente de los científicos que investigaron a los ejemplares encontrados, es que esta medusa tiene una forma de alimentarse muy curiosa, ya que no tienen estómago. Digieren directamente a sus presas a través de tentáculos que pueden medir más de 20 metros.

Luego de este hallazgo, el Harte Research Institute dio una clara recomendación para los turistas y locales: ante cualquier avistaje, se deberá avisar a las autoridades y, en caso de ser alcanzado por estos organismos, el uso de vinagre puede llegar a aliviar el malestar y ayudar incluso a retirar los restos del tentáculo que se pega en la piel.