Día de Muertos para las mascotas: los detalles de la tradición mexicana para recordar a los animales

En el Día de los Muertos, no se honra solamente a nuestros seres queridos que murieron, sino también a los animales que fueron parte de nuestra familia durante toda la vida. Cada 27 de octubre, según la tradición mexicana, se coloca una ofrenda especial para recordarlos y agradecer su compañía, ya que se cree que ellos bajan a visitarnos y a pasar tiempo con nosotros.
En los últimos años, esta tradición de los altares familiares se extendió a las mascotas y cada vez son más los mexicanos (aunque esta creencia comenzó a usarse también en otras partes del mundo) que preparan un altar especial para su perrito o gatito, recordando su cariño, lealtad y todos los momentos compartidos.

Este altar se coloca los 27 de octubre de cada año, ya que es el día en el que los espíritus de las mascotas regresan al mundo terrenal para poder estar un rato con sus dueños. La creencia popular dice que, a partir de la medianoche, los animales llegan y permanecen con nosotros hasta las 23:59 del mismo día, antes de dar paso a las almas de las personas fallecidas en accidentes, que son recordadas el 28 de octubre.
Por este motivo, muchas familias colocan el altar desde el 26 de octubre por la noche, para que los animales encuentren el camino de vuelta a sus hogares. La ofrenda puede mantenerse hasta el 2 de noviembre, junto con el recordatorio de los seres humanos, para honrar su vida y su visita a la tierra.
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Qué elementos lleva un altar para las mascotas
Aunque cada altar puede ser distinto, dependiendo del animal y la familia, hay ciertos elementos que no pueden faltar:
- Veladoras y flores de cempasúchil: la flor tradicional del Día de Muertos, cuyo color y aroma ayudan a guiar el espíritu de regreso a casa.
- Fotografía o dibujo del animal: para recordarlo y personalizar la ofrenda.
- Su comida o golosinas favoritas: croquetas, premios, o incluso un juguete especial que usaba en vida.
- Agua: símbolo de pureza y elemento que refresca el espíritu después del viaje.
- Su collar, placa o huella: objetos que representen su identidad y su presencia en la familia.
- Música o sonidos suaves: algunas personas colocan melodías tranquilas o grabaciones con su voz, como gesto simbólico de cariño.

El altar para las mascotas se ha convertido en un ritual emocional y reparador. No solo recuerda a los animales que partieron, sino que también refuerza el vínculo que los humanos mantienen con ellos incluso después de la muerte.


















