Perros viejitos: consejos para alargar la vida de tu mascota hasta los 20 años

Uno de los mayores temores al tener una mascota es pensar en el momento en que ya no esté. Desde que llega a casa, ese pensamiento nos acompaña con cierta tristeza porque sabemos que su tiempo con nosotros será más breve que el nuestro. La vida de un perro suele durar entre 6 y 16 años y es ahí donde algunos cuidados pueden marcar la diferencia.
En el último tiempo, la esperanza de vida de los perros ha aumentado notablemente gracias a los cuidados y los avances científicos. Los que viven de forma salvaje, sin controles ni veterinarios, apenas llegan a la mitad de la edad de los perros que viven en hogares. Mientras un perro doméstico puede alcanzar los 10 años, uno silvestre difícilmente supere los 6.
Además, las razas pequeñas, que son más longevas por naturaleza, están viviendo cada vez más y hoy muchas superan los 18 o incluso 20 años gracias a los buenos cuidados.

Cuidados clave que hay que tener para que un perro viva más
La alimentación: un arma de doble filo
Para entender por qué algunos perros viven mucho más que otros hay que mirar su estilo de vida. En especial, su alimentación. En la naturaleza, los animales no tienen un acceso regular a la comida: dependen de lo que cazan o encuentran, por lo que su dieta es irregular. En cambio, nuestras mascotas tienen garantizada una rutina alimentaria constante, algo que el organismo agradece enormemente.
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Elegir un alimento equilibrado, adaptado a la edad y tamaño del perro, es clave para su salud. Sin embargo, la alimentación puede volverse un arma de doble filo, porque aunque mejora la esperanza de vida, el exceso de comida se convirtió en una de las principales causas de enfermedad. La obesidad canina, cada vez más común, provoca problemas cardíacos, respiratorios, óseos y de movilidad.

Otro aspecto a tener en cuenta es la variedad: una dieta basada solo en alimento seco vuelve la digestión más lenta y monótona, y puede, a largo plazo, favorecer enfermedades graves. Alternar el alimento seco con comida fresca resulta muy beneficioso. Si el perro no está acostumbrado, conviene hacer el cambio de forma gradual para evitar molestias digestivas.
El ejercicio: una necesidad olvidada
La falta de tiempo, el ritmo de vida acelerado y los espacios reducidos han hecho que muchos perros se muevan menos de lo necesario. Sin embargo, el ejercicio es fundamental para prolongar su vida y su bienestar. No solo fortalece músculos, articulaciones y sistema cardiovascular, sino que también estimula la mente y el comportamiento social.
Un perro activo es más feliz, más curioso y más equilibrado. En cambio, la inactividad los lleva a pasar horas dormidos y desconectados, generando un círculo de apatía difícil de romper. Mantenerlos en movimiento les ayuda a conservar la vitalidad, a aprender cosas nuevas y a mantenerse jóvenes, tanto física como mentalmente.

El veterinario: su mejor aliado
Las visitas regulares al veterinario son otro pilar esencial para la longevidad. Cumplir con el calendario de vacunación y los tratamientos antiparasitarios puede marcar una gran diferencia. Al igual que en los humanos, las revisiones periódicas permiten detectar a tiempo cualquier problema de salud.
Los veterinarios no solo diagnostican enfermedades, sino que también orientan sobre la higiene, el peso ideal, la alimentación y la esterilización, factores que influyen directamente en la calidad de vida. Prestar atención a la salud dental o al peso, por ejemplo, puede evitar complicaciones a futuro.
En definitiva, una buena alimentación, ejercicio regular y revisiones veterinarias constantes son las tres claves para disfrutar más años junto a nuestros compañeros de cuatro patas.

















