Un truco natural y efectivo: el efecto que produce plantar dientes de ajo alrededor de las plantas
Se trata de un hack viral que recomiendan los jardineros para espacios pequeños y macetas en el balcón. ¿Cuál es el beneficio?

En el mundo de la jardinería existen miles de trucos que se hacen virales para cuidar a las plantas sin necesidad de recurrir a pesticidas industriales. Por eso, uno de los métodos más simples y efectivos consiste en colocar dientes de ajo alrededor de los tallos para aprovechar todo su potencial y sus propiedades naturales.
El ajo es conocido por su aroma intenso y por sus compuestos con acción antibacteriana y antifúngica. Lo que sucede, según los expertos en jardinería, es que, al entrar en contacto con la humedad del suelo, se liberan sustancias que actúan como una barrera natural contra los insectos y bacterias que pudieran afectar el crecimiento de las plantas.

Cuando se entierran los dientes de ajo en la tierra, se genera un entorno poco atractivo para las pulgas, las hormigas y los mosquitos. El olor y los compuestos del ajo, hace que funcionen como un repelente natural, sin dañar a la planta ni alterar la calidad del suelo. Además, colabora con la salud general del sustrato, ya que aporta minerales que favorecen el desarrollo de las raíces.
Ajo en las plantas: porqué funciona como un repelente natural
El secreto de este tip de jardinería está en la alicina, un compuesto sulfurado que se libera cuando el ajo se rompe o entra en contacto con la humedad. Esta sustancia resulta desagradable para muchos insectos y microorganismos, lo que ayuda a mantenerlos alejados de forma natural.
A diferencia de los pesticidas químicos, este método no contamina el suelo, no afecta a las plantas y no representa un riesgo para mascotas ni personas. Por eso, es una opción ideal para huertas familiares, jardines y macetas en balcones. Para aprovechar al máximo sus beneficios, se recomienda:

- Enterrar dientes de ajo enteros y sin pelar alrededor del tallo, a pocos centímetros de profundidad.
- Distribuirlos de manera pareja, sin colocarlos demasiado cerca del tronco.
- Renovarlos cada dos o tres semanas, ya que con el tiempo pierden efectividad.
Este truco es especialmente útil en huertas, macetas y canteros, y funciona muy bien en cultivos como tomates, rosas, frutillas y plantas ornamentales, que suelen ser más vulnerables a las plagas.

















