Los árboles que brindan sombra y son ideales para el verano, según expertos en jardinería
Plantar un árbol en épocas donde la temperatura va en aumento ya no se trata de algo estético, también es una medida ambiental y sanitaria, especialmente en ciudades con mucha población.
Ante el aumento de las temperaturas, la sombra se volvió muy importante. Por ese motivo, los árboles cumplen un papel central en la adaptación climática, mientras reducen el impacto del calor extremo en zonas urbanas.
A diferencia de las estructuras artificiales, la sombra vegetal enfría el ambiente. Esto ocurre porque las hojas liberan humedad y reducen la radiación directa y, como resultado, baja la temperatura del aire circundante.
Por lo tanto, planificar el arbolado ya no es solo estético, también es una medida ambiental y sanitaria, especialmente en ciudades densamente pobladas.
Qué árboles son más efectivos para dar sombra en verano
En primer lugar, los árboles de hoja caduca son los más eficientes. Durante el verano generan sombra espesa y refrescante, mientras que en invierno permiten el ingreso del sol.
Entre las especies más utilizadas se encuentran el plátano y el fresno. Ambos desarrollan copas amplias y densas. Por eso son frecuentes en calles, parques y plazas.
En cambio, en regiones más secas se priorizan especies resistentes. El algarrobo y el jacarandá requieren menos agua y toleran mejor las olas de calor.
La importancia de elegir árboles nativos
Por otro lado, los árboles nativos ofrecen ventajas ecológicas claras. Se adaptan naturalmente al clima y al suelo local. En consecuencia, demandan menos mantenimiento.
Especies como el ceibo, el lapacho o el espinillo brindan buena sombra. Al mismo tiempo, atraen aves e insectos polinizadores, fortaleciendo la biodiversidad urbana.
Además, su uso reduce el consumo de recursos. También ayuda a conservar la identidad ambiental de cada región. Por lo tanto, su incorporación resulta estratégica.
Árboles que brindan mejor sombra en verano. Foto: Actualidad Ambiental.
Ventajas de pasar más tiempo al aire libre
Gracias a la sombra natural, los espacios abiertos se vuelven habitables. Esto permite permanecer afuera incluso en días calurosos. De ese modo, se amplían las oportunidades de encuentro y descanso.
Asimismo, estar al aire libre favorece la salud física y mental, mientras reduce el estrés y mejora el estado de ánimo y estimula la actividad física cotidiana.
Por otra parte, las plazas y patios sombreados invitan a compartir, ya que se transforman en puntos de reunión comunitaria. Así, la naturaleza se integra a la vida diaria.
Beneficios ambientales y sociales de una buena planificación verde
Finalmente, más árboles implican menor consumo energético. La sombra reduce la necesidad de refrigeración artificial. En consecuencia, disminuyen las emisiones contaminantes.
Además, el arbolado mejora la calidad del aire. Las hojas capturan partículas y producen oxígeno. Esto impacta positivamente en la salud pública.
En síntesis, elegir bien los árboles es una inversión a largo plazo. Protege del calor y fortalece los ecosistemas. Y, al mismo tiempo, mejora la calidad de vida urbana.