Cada vez más personas sufren “eco-ansiedad” y estrés por el planeta: cómo pasar de la preocupación a la acción

Distintas encuestas revelan que seis de cada 10 personas padecen ansiedad climática y esto impacta en su salud física y mental. El día mundial del Ambiente es una oportunidad para repensar nuestros hábitos y sumar acciones en favor del planeta

Por Gabriela Ensinck

Jueves 5 de Junio de 2025 - 07:18

Medio ambiente. Foto: Unsplash. Medio ambiente. Foto: Unsplash.

La triple crisis ambiental (cambio climático, pérdida de biodiversidad y contaminación) no es una amenaza futura, sino una realidad cotidiana. Sequías, incendios, inundaciones y olas de calor afectan a la naturaleza, la economía y a nuestra salud física y mental, que ya empieza a dejar rastros de "eco-ansiedad" en los jóvenes.

Eco-ansiedad: el temor que crece ante la crisis ambiental. Foto: Redacción canal26.com Eco-ansiedad: el temor que crece ante la crisis ambiental. Foto: Redacción canal26.com

En lo que va del año, Argentina perdió más de 50.000 hectáreas de bosque en la Patagonia y lluvias extremas devastaron Bahía Blanca y el noreste bonaerense.

Además, desde 2023 la temperatura media global del planeta superó la marca de 1,5°C por encima de los niveles preindustriales. Y esto, -según el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU-, se reflejará en eventos meteorológicos cada vez más extremos, mayor pérdida de biodiversidad, y efectos sobre la seguridad alimentaria y el acceso al agua.

A esto se suma la generación creciente de basura (mayormente plásticos), que va a parar a los océanos. El desafío es tan urgente que este año, el lema de Naciones Unidas para el Día Mundial del Ambiente que se celebra el 5 de junio es “Poner fin a la contaminación plástica”.

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El panorama es ciertamente abrumador, y la preocupación por el futuro del planeta y de nuestra propia especie en él, se manifiesta en una ansiedad creciente relacionada con los eventos climáticos y las catástrofes ambientales.

En la imagen de archivo, un voluntario retira la basura que se acumula en la orilla de la playa Sanur en Bali (Indonesia). EFE/ Made Nagi

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Seis de cada 10 jóvenes de 16 a 25 años están muy o extremadamente preocupados por el cambio climático, revela una encuesta publicada por la organización internacional Avaaz.

En Argentina, un reciente sondeo de opinión pública realizada por Ágora Consultores para la Fundación Vida Silvestre mostró que 9 de cada 10 personas creen que el deterioro de los ecosistemas afecta directamente su salud. Y 8 de cada 10 se mostraron interesadas en el cuidado ambiental, aunque perciben un bajo compromiso colectivo.

Estado Flow, una forma de relajación ante la ansiedad y máximas tensiones. Foto: Unsplash. Estado Flow, una forma de relajación ante la ansiedad y máximas tensiones. Foto: Unsplash.

En tanto, un informe de la consultora GlobeScan señala a la crisis ambiental como uno de los motivos más esgrimidos para no traer hijos al mundo entre los jóvenes de la generación millennial (nacidos entre mediados de los 80 y fines de los 90) y los centennials o Gen Z, nacidos en la primera década de este siglo.

Pero más que la crisis ambiental en sí, lo que mayor ansiedad y frustración genera es la inacción o las medidas tardías e insuficientes para revertirla por parte de gobernantes y tomadores de decisión. Un estudio publicado en 2023 por The Lancet Planetary Health, señala que para el 64% de los adolescentes y jóvenes, los gobiernos no están haciendo lo suficiente para evitar una catástrofe climática.

“Si nos sentimos abrumados por la catástrofe ambiental, quedaremos paralizados en lugar de actuar para frenarla o revertirla” - Renée Lertzman, psicóloga especializada en cambio climático y activista ambiental.

La Asociación Americana de Psicología (APA) acuñó el término “eco-ansiedad” para definir los sentimientos de estrés, culpa, impotencia y miedo, derivados de las preocupaciones sobre la actual crisis ambiental. Y advirtió que estos sentimientos negativos pueden derivar en trastornos de conducta, insomnio y pérdida de funciones cognitivas.

El escorpión. Foto: Freepik

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De la huella ambiental a las acciones positivas

Durante su exposición en el último Congreso Internacional de la Sociedad de Periodistas Ambientales (SEJ), Lertzman sostuvo: “La ansiedad puede surgir de no saber lo suficiente, o por el contrario, de saber demasiado. Si bien mantenerse informado es importante; recibir constantemente noticias negativas puede ser paralizante”. Entonces, ¿qué hacer frente a esta realidad?

En primer lugar -recomendó la especialista- es necesario reconocer nuestras preocupaciones persistentes, ya que ignorarlas hará que se acumulen y nos estresen aún más.

En segundo lugar, sin negar el problema, debemos centrarnos en las soluciones: desde nuevas tecnologías para expandir las energías renovables, hasta innovadoras iniciativas para regenerar ecosistemas y logros en justicia ambiental. Hay cosas buenas sucediendo, y aprender sobre ellas nos ayuda a ser más optimistas y pasar de la preocupación a la acción.

Finalmente, hay que juntarse con otros y concentrarse en aquellos hábitos y acciones positivas que podamos llevar a cabo en nuestra vida cotidiana: reducir el uso de plásticos, separar los residuos, cuidar el agua y la energía, optar por movilizarnos a pie o en bicicleta siempre que sea posible. “Parecen acciones pequeñas, pero sumadas, hacen la diferencia y nos reconfortan”, aseguró.

En todo el mundo, están surgiendo liderazgos climáticos que apuntan no tanto a denunciar los problemas ambientales, como a mostrar e impulsar sus soluciones. La influencer Anne Therese Gennari, autora del “Manual del Optimista Climático” (The Climate Optimist Handbook), sostiene: “Debemos centrarnos en nuestra huella ambiental positiva, aquellas acciones que mejoran el mundo en que vivimos. No se trata de negar lo malo, sino de trabajar por nuestro bienestar y el de nuestra casa común, el planeta”.

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