La subrogación del vientre de una rinoceronte blanca podría salvar a la especie

Un grupo de científicos alemanes consiguió implantar un embrión en una madre que murió inesperadamente por una bacteria a los 70 días de gestación en el parque Ol Pejeta, de Kenia.

Por Canal26

Miércoles 24 de Enero de 2024 - 19:05

Rinocerontes en peligro. Foto: Unsplash Rinocerontes en peligro de extinción. Foto Unsplash.

Curra, una rinoceronta blanca del sur, murió por microscópicas bacterias del género Clostridium en el parque Ol Pejeta de Kenia. Pero esta muerte no fue en vano, la hembra estaba gestando el primer embrión creado en laboratorio e implantado con éxito por el consorcio alemán BioRescue en estos animales.

Esta es la única forma para la supervivencia de la subespecie del norte, de la que tan solo quedan dos hembras: Najin y su hija Fatu. La experiencia de Curra como madre subrogada demostró, por primera vez, que es posible evitar otra extinción.

Los cuernos de rinocerontes, el objetivos de los cazadores. Foto: Unsplash Los cuernos de rinocerontes, el objetivos de los cazadores. Foto: Unsplash

Najin y Fatu sobreviven en Ol Pejeta con el triste honor de ser las dos únicas supervivientes de la subespecie de rinoceronte blanco del norte. La humanidad es el principal causante de haber precipitado a estos animales hasta el peligro crítico de extinción por la caza y el cambio climático.

Dinosaurio. Foto: Unsplash.

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Crear nuevas crías para salvar la especie

El consorcio BioRescue, financiado por el gobierno alemán y del que forma parte una decena de entidades internacionales, comenzó hace 15 años un programa científico para producir y preservar a -196°C en nitrógeno líquido 30 embriones fecundados en laboratorios de Berlín (Alemania) y Cremona (Italia) a partir de óvulos y esperma de los últimos 12 rinocerontes blancos del norte que habían llegado vivos a este siglo en reservas y zoológicos.

“Seguimos enfoques científicos alternativos para crear nuevas crías de rinocerontes blancos del norte y garantizar la mayor diversidad genética de su futura población. Todas estas estrategias convergen en la producción de embriones in vitro y su transferencia exitosa a madres subrogadas para crear un embarazo”, explicó Susanne Holtze, científica del proyecto.

Los rinocerontes blancos son originarios del África subsahariana. Unsplash. Los rinocerontes blancos son originarios del África subsahariana. Unsplash.

Ahora bien, el escaso remanente de embriones y ejemplares del norte obliga a probar primero con la subespecie del sur, de la que quedan algo más de 10.000 animales.

Aunque la transferencia de embriones es ya una técnica común en humanos y en especies domésticas y ganaderas, nunca se había conseguido en rinocerontes. Si la transferencia funcionaba, se demostraba su viabilidad, la única puerta para la supervivencia del linaje de Najin y Fatu. “Ha sido un territorio completamente inexplorado y cualquier cosa, desde el enfoque de los protocolos de procedimiento hasta el equipo requerido, ha tenido que ser inventado, desarrollado y probado para que fuera seguro”, explica Thomas Hildebrandt, jefe del proyecto BioRescue-Leibniz-IZW.

Músculos; actividad física. Foto: Unsplash

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Un desenlace fatal a pesar de la exitosa técnica

La técnica funcionó y Curra cumplió a la perfección su papel de madre subrogada. Gestó durante 70 días el embrión de un macho que alcanzó 6,4 centímetros de longitud. Sus posibilidades de nacer vivo tras un periodo de gestación completo de entre 16 y 18 meses se elevaban al 95%.

El rinoceronte blanco del norte está tan solo a dos hembras de su extinción. Unsplash, El rinoceronte blanco del norte está tan solo a dos hembras de su extinción. Unsplash,

Un episodio climático adverso de lluvias torrenciales inunda la reserva de Ol Pejeta y dispersa bacterias que causan una infección mortal en Curra y su compañero Ouwan, que fallece tres días antes. Inmediatamente después del incidente, el equipo estableció un programa de urgencia de vacunación, aislamiento y reparcelación de las zonas donde habitan los rinocerontes, incluidas las dos únicas blancas del norte existentes.

Ahora, el siguiente paso es analizar muestras del tejido del feto para asegurarse de que el apareamiento natural había sido estéril y que el embarazo se había producido por la implantación artificial del embrión. 

 

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