El secreto de la longevidad: un estudio reveló que el café podría frenar el envejecimiento celular

Cada día se consumen más de 2.250 millones de tazas de café en todo el mundo, lo que convierte a esta bebida en la segunda más ingerida por el ser humano. Con un nuevo hallazgo científico, incluso quienes no disfrutan de su sabor podrían reconsiderar su consumo.
Para muchos, el café es un ritual imprescindible para comenzar el día; para otros, un placer cotidiano con diversos beneficios. Más allá de su aroma y su sabor característico, la ciencia ha explorado durante años sus posibles efectos positivos sobre la salud.

Estudios previos ya habían asociado el consumo moderado de café con mejoras en la memoria, la concentración y el rendimiento físico. Ahora, una investigación reciente sugiere que esta popular bebida podría desempeñar un papel importante en la desaceleración del envejecimiento.
¿El café y su impacto directo en la longevidad?
Un estudio del Laboratorio de Envejecimiento Celular y Senescencia del Centro de Biología Celular Molecular de la Universidad Queen Mary de Londres, que ya fue publicado en la revista Microbial Cell, muestra la influencia de la cafeína a nivel celular.
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Por ello, esta investigación se centró en saber los efectos beneficiosos del café sobre la salud y la longevidad.
Los investigadores utilizaron levadura de fisión, organismo microscópico que funciona de manera similar a las células humanas, para entender qué efectos genera el café en ellas.
Así, descubrieron que la cafeína estimula la actividad de una enzima clave presente en todas las células del cuerpo: la AMPK. Esta enzima actúa como un sensor de energía celular y desempeña un papel fundamental en la regulación del metabolismo. Se activa en situaciones de estrés celular, como el envejecimiento o el daño en el ADN, factores comunes en enfermedades graves como el cáncer.
La AMPK funciona de manera similar a una batería de respaldo: entra en acción cuando las células están en dificultades, ayudando a restaurar su equilibrio y a reparar funciones esenciales. El estudio sugiere que la cafeína podría activar este sistema de defensa natural, lo que explicaría en parte sus beneficios en la prevención del envejecimiento y de algunas enfermedades crónicas.
Según el investigador postdoctoral y líder del estudio, el doctor John-Patrick Alao, este descubrimiento podría abrir la puerta a nuevas líneas de investigación para activar estos procesos de forma más directa.

Esto podría lograrse a través de la alimentación, cambios en el estilo de vida o el desarrollo de nuevos tratamientos. En personas con diabetes, por ejemplo, la cafeína podría funcionar de manera similar a la metformina, uno de los fármacos más utilizados para controlar esta enfermedad.
Pese a los resultados prometedores, los expertos insisten en la importancia de un consumo moderado. Se recomienda un máximo de tres a cuatro tazas de café al día, ya que un exceso de cafeína puede provocar efectos negativos como insomnio, ansiedad, hipertensión o problemas cardíacos.
Este estudio refuerza la idea de que el café, más allá de su efecto estimulante, podría tener un papel relevante en el desarrollo de terapias médicas más eficaces.