Método Saho: cómo hacer el ritual de belleza japonés que ayuda a desaparecer las arrugas para siempre

Los rituales de belleza son cada vez más virales en las redes sociales y ahora, llegó un método milenario japonés que sirve para lograr una piel súper luminosa, suave, y libre de arrugas. Se trata del Método Saho, un ritual practicado y perfeccionado de generación en generación, combinando la tradición oriental y la eficacia en una sola rutina que transforma para siempre el rostro.
Este método japonés combina el cuidado facial con una rutina de tres pasos clave: doble limpieza, doble hidratación y doble aplicación. Su origen está inspirado en el protocolo de la ceremonia del té japonesa, que se caracteriza por la calma, el respeto y la atención al detalle. Esta misma delicadeza aplica al cuidado de la piel, que busca transformar la rutina de limpieza facial en un momento íntimo, de autocuidado consciente y sobre todo, efectivo.

A diferencia de otros más complejos, como la rutina coreana de 10 pasos, el Método Saho propone una rutina mucho más breve, pero profunda e ideal para quienes buscan buenos resultados en poco tiempo. Con esta metodología, las japonesas tienen siempre la piel fresca, joven y de porcelana.
Paso a paso: cómo realizar el Método Saho
El Método Saho no es solamente una rutina de belleza, sino también un ritual para conectar con el bienestar y la salud de la dermis. Los resultados son sorprendentes, convirtiéndose en uno de los aliados ideales para quienes desean una piel saludable, radiante y libre de signos del paso del tiempo.
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Paso 1: 2x1 en limpieza
Se trata del paso más importante del método Saho, y se realiza en dos fases:
Primera limpieza (base oleosa o lechosa): este tipo de limpiador ayuda a remover el maquillaje, el protector solar, el sebo acumulado y otras impurezas superficiales de la piel.

Segunda limpieza (base espumosa): una espuma suave se encarga de eliminar las partículas más profundas y limpiar los poros, dejando la piel completamente purificada y lista para recibir hidratación.
Paso 2: Doble hidratación
Una vez limpia la piel, comienza la fase de hidratación, también en dos etapas:
Aplicación con calor: se recomienda utilizar una toalla caliente sobre el rostro por unos segundos para abrir los poros y preparar la piel. Esto permite que los productos penetren mejor.

Sérum + crema hidratante: primero se aplica un sérum o contorno de ojos, que aporta nutrientes concentrados. Luego se sella con una crema hidratante para mantener la humedad en la piel y evitar la resequedad.
Paso 3: Doble aplicación
El último paso del método Saho es la doble aplicación, una técnica que mejora la absorción de los productos y estimula la piel de forma suave y efectiva.
Primera aplicación: luego de lavarse bien las manos, se coloca una pequeña cantidad de crema hidratante sobre ellas. Con movimientos circulares, se calienta el producto entre las palmas. Una vez tibia, se aplica en el rostro realizando masajes suaves que activan la circulación y ayudan a distribuir la crema de manera uniforme.

Segunda aplicación: se vuelven a calentar las manos con movimientos circulares, y luego se colocan sobre el rostro ejerciendo una ligera presión durante unos segundos. Este gesto ayuda a que los ingredientes activos penetren mejor y sella la hidratación, dejando la piel más receptiva, relajada y nutrida.