El riesgo que pocos conocen: por qué no hay que rellenar las botellas de plástico con agua

Utilizar las botellas de plástico descartables más de una vez es un acto periódico y económico para muchos. Sin embargo, podría traer riesgos a la salud, especialmente si queda expuestas al calor. La explicación en la nota.

Alerta en Argentina por contaminación en el agua.
Alerta en Argentina por contaminación en el agua. Foto: Freepik.

Reutilizar las botellas de plástico que compramos en el kiosco parece un hábito práctico, económico y amigable con el ambiente. Sin embargo, especialistas en microbiología y toxicología advierten que rellenarlas una y otra vez puede representar riesgos para la salud, especialmente cuando se utilizan durante actividades deportivas o se exponen al calor.

Y aunque a simple vista puede ser que las botellas de plástico luzcan resistentes, lo cierto es que están hechas de un material llamado (polietileno tereftalato), que está diseñado estrictamente para un solo uso. Su desgaste y su estructura facilitan tanto la acumulación de bacterias como la liberación de sustancias químicas y microplásticos.

Rellenar botellas de agua
Rellenar botellas de agua

Aunque podamos rellenarlas una y otra vez y eso no signifique un daño repentino para nuestra salud o nuestros seres queridos, lo cierto es que las botellas se contaminan desde el primer uso. Cada vez que se bebe directamente del envase, las bacterias de la boca quedan adheridas a la superficie y pasan al agua.

Con el paso de los días (y sobre todo si se usa para hacer ejercicio) esa humedad interna se convierte en un ambiente ideal para el crecimiento microbiano. De hecho, un análisis difundido por Treadmill Reviews, reveló que una botella reutilizada por un atleta durante una semana llegó a contener más de 900.000 unidades de bacterias, una cifra mayor que la encontrada en superficies tan contaminadas como la tapa de un inodoro.

Aunque no siempre se producen enfermedades, estas bacterias pueden provocar:

  1. Malestares gastrointestinales
  2. Irritaciones o infecciones leves
  3. Mayor riesgo en personas inmunosuprimidas o niños

El problema es que estas botellas no pueden lavarse adecuadamente: su diseño angosto impide una limpieza profunda y las microgrietas del PET atrapan microorganismos invisibles.

Plásticos, botellas de bebidas
Botella de plástico.

No rellenes nunca una botella de plástico: qué pasa con los químicos y los microplásticos

Además del tema bacteriano, existe un segundo riesgo: la liberación de sustancias químicas cuando el plástico se desgasta o se expone al calor, que pueden migrar al agua y entrar fácilmente al organismo. Entre ellas, se encuentran las siguientes:

  • Antimonio, un metal presente en la fabricación del PET
  • Trazas de compuestos similares a ftalatos, dependiendo del tipo de botella
  • Microplásticos, que se desprenden cuando el envase se degrada o se golpea

Si bien estas sustancias suelen aparecer en cantidades muy pequeñas, la exposición prolongada y repetida aumenta la posibilidad de ingesta. La liberación es mayor cuando la botella se deja dentro del auto, recibe sol directo, se rellena múltiples veces e incluso si se lava con agua caliente

Botella de agua. Foto: Unsplash.
Cada cuanto se debe cambiar la botella de agua. Foto: Unsplash.

Para hidratarse sin riesgos y sin generar residuos, los expertos recomiendan envases creados para ser reutilizados, tales como los de acero inoxidable, vidrio con funda protectora, botellas de plástico reutilizables con BPA Free o materiales de alta durabilidad y hasta vasos térmicos.