Bienestar emocional en su punto más alto: el fenómeno que atraviesan las personas nacidas entre 1950 y 1970
La combinación de una crianza con menos estímulos y un ritmo de vida más pausado se traduce, con los años, en una mayor calma a la hora de pensar y decidir.

Hace unos días, Genbeta difundió un informe en el que distintos especialistas en psicología analizaron las habilidades más frecuentes en las personas nacidas entre las décadas de 1960 y 1970. El trabajo pone el foco en cómo la educación, el entorno social y el avance tecnológico influyen en el desarrollo de capacidades a lo largo de las distintas generaciones.
En contraste, psicólogos y expertos en crianza vienen observando con atención a las generaciones más jóvenes —como la generación Z y la generación alfa—, que crecieron rodeadas de pantallas, estímulos constantes y una oferta inagotable de entretenimiento. Diversos estudios advierten que este contexto podría estar afectando habilidades clave como la paciencia, la tolerancia a la frustración, la atención sostenida y la creatividad que surge del aburrimiento.
Menos estímulos, más equilibrio emocional
Quienes hoy tienen entre 50 y 60 años se formaron en un escenario muy diferente, con menor sobreestimulación y un ritmo de vida más pausado. Desde la psicología, este punto resulta clave: con el paso del tiempo, las personas tienden a pensar y decidir con mayor calma, apoyándose más en la experiencia que en la reacción inmediata.

Según recoge Xataka, distintos estudios científicos coinciden en que el tramo etario que va de los 60 a los 70 años representa uno de los momentos de mayor bienestar emocional y competencia social, una ventaja que parece haberse debilitado en generaciones más jóvenes.
Cómo cambia la personalidad con el paso de los años
La psicología de la personalidad suele apoyarse en el modelo de los “Cinco Grandes”, que agrupa los principales rasgos humanos:
- Extroversión (energía y sociabilidad)
- Amabilidad (empatía y cooperación)
- Responsabilidad (orden y constancia)
- Neuroticismo (estrés y reactividad emocional)
- Apertura (curiosidad y creatividad)
Las investigaciones muestran que muchos de estos rasgos mejoran con la edad. La amabilidad y la apertura tienden a crecer, mientras que el neuroticismo disminuye de manera significativa, lo que se traduce en mayor estabilidad emocional y tranquilidad al tomar decisiones.

Envejecer con autonomía protege la salud mental
Los estudios centrados en personas mayores de 70 años señalan que suelen haber incorporado normas de autonomía personal y hábitos vinculados al envejecimiento activo, factores que funcionan como un escudo psicológico frente al estrés y la presión social.
Jóvenes más conectados, pero más vulnerables
El contraste aparece con fuerza al analizar la situación de los más jóvenes. En España, los niveles de estrés, ansiedad y depresión alcanzan cifras alarmantes entre la generación Z: algunas investigaciones indican que hasta un 85% manifiesta algún tipo de malestar psicológico.
Mientras la salud mental de los jóvenes de 18 a 24 años muestra un deterioro sostenido, los mayores de 65 años presentan una estabilidad notablemente mayor. Los especialistas lo explican, en parte, por una resiliencia emocional y relacional más desarrollada, que hace que su bienestar dependa menos de la aprobación externa y de la opinión de los demás.



















