Cómo saber si estás deshidratado: las señales que alertan al cuerpo y qué hacer si sucede
Reconocer los síntomas a tiempo puede ser clave para evitar complicaciones y mantener el equilibrio en el organismo.

La falta de líquidos en el cuerpo no siempre se manifiesta de manera evidente. Muchas veces y sobre todo luego de tomar bebidas con alcohol, hacer actividad física intensa o incluso luego de pasar varias horas frente a una pantalla, las personas suelen atravesar estados leves de deshidratación sin siquiera notarlo. Sin embargo, el organismo suele enviar señales claras cuando necesita agua.
El cuerpo humano está compuesto en gran parte por agua, por lo que una disminución en su nivel afecta funciones esenciales como la regulación de la temperatura, la circulación sanguínea y el funcionamiento de órganos vitales. Por eso, identificar los síntomas tempranos es fundamental para prevenir consecuencias mayores.

En este sentido, los expertos en salud coinciden en que es necesario prestarle atención a estas señales, ya que permite actuar a tiempo y evitar cuadros mucho más severos, especialmente en las personas más vulnerables: los niños, adultos mayores y aquellos con alta demanda física o mental.
Señales comunes de deshidratación que no hay que ignorar
Uno de los primeros signos de alerta es la sensación de sed, aunque cuando aparece, el cuerpo ya comenzó a perder líquidos. Otros síntomas frecuentes incluyen:
- Orina oscura y en menor cantidad, indicador directo de falta de hidratación.
- Cansancio o fatiga inexplicable, incluso sin haber realizado esfuerzo físico.
- Dolor de cabeza leve o persistente, asociado a la disminución del flujo sanguíneo.
- Boca seca y labios agrietados, señales visibles de déficit de líquidos.
- Mareos o dificultad para concentrarse, especialmente al ponerse de pie.
- En casos más avanzados, también pueden aparecer calambres musculares, piel seca y aumento de la frecuencia cardíaca.
Algunas personas son más propensas a la deshidratación sin darse cuenta. Entre los grupos de mayor riesgo se encuentran los adultos mayores, ya que la sensación de sed disminuye con la edad, y quienes realizan actividad física intensa o pasan muchas horas en ambientes calurosos.
También pueden verse afectados quienes consumen grandes cantidades de café, alcohol o bebidas azucaradas, ya que estas favorecen la pérdida de líquidos. Las enfermedades gastrointestinales, la fiebre y ciertos medicamentos aumentan aún más el riesgo.

Cómo prevenir la deshidratación en la vida diaria
Para evitar la deshidratación, los médicos recomiendan tomar agua de forma regular, incluso si no sentimos sed. Para ello, es necesario tener siempre una botella cargada a mano, incorporar a nuestra dieta frutas y verduras con alto contenido de agua y prestar atención al color de nuestra orina, sobre todo durante la primera hora de la mañana luego de levantarnos.
Escuchar al cuerpo y responder a sus señales es clave para sostener el equilibrio del organismo y cuidar la salud a largo plazo. En caso de presentar algún signo, lo ideal sería acudir al médico y comenzar a tomar agua inmediatamente para aliviar los síntomas.



















