Colapinto desobedeció al equipo y recordó a Reutemann: la rebeldía argentina que sacudió la Fórmula 1
Franco Colapinto se llevó los flashes de las cámaras este fin de semana en la Fórmula 1 por el adelantamiento a su compañero de equipo, Pierre Gasly, contradiciendo las indicaciones del equipo que le habían ordenado “mantener posiciones”.
El espíritu rebelde del bonaerense fue capaz de ponerle un condimento especial al Gran Premio de Estados Unidos, donde Max Verstappen dominó la pista y su victoria encendió las alarmas del equipo McLaren. La cuenta oficial de la competición automovilística replicó la arriesgada maniobra del argentino y las redes sociales se llenaron de elogios, aunque también hubo algunas críticas.
La decisión del piloto pilarense tuvo un eco especial en un campeonato liderado por los compañeros de equipo Oscar Piastri y Lando Norris. Durante toda la temporada, las voces de los ingenieros ordenaban por la radio la posición de los pilotos naranjas, sin permitirles competir libremente. Esto desató las críticas de los fanáticos de la competición, que exigían más rebeldía a los pilotos.
Y eso fue lo que aportó Colapinto, un poco de rebeldía en una categoría donde hasta los más mínimos detalles de la carrera están regulados, medidos y estudiados desde el paddock. Pero no es la primera vez que un Argentino en la Fórmula 1 desoye las ordenes que de su equipo, aunque para conocer esta historia tenemos que viajar en el tiempo hasta el 29 de marzo de 1981.
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Reutemann y el orgullo criollo
En esa época Carlos Reutemann era el argentino sensación de la categoría. El piloto ya llevaba 9 años arriba de los monoplaza y competía para la escudería Williams, la misma escudería en la que debutó Colapinto, casualidades de la vida.

El escenario de esta historia también fue una pista en el continente americano, pero esta vez, en Rio de Janeiro, Brasil. Como aun no existía la telemetría, ni los volantes electrónicos de la actualidad, ni la radio con la que los pilotos realizan las comunicaciones, se utilizaban carteles para transmitir la información clave desde el equipo al conductor.
Y aquí un dato fundamental que vuelve a poner en cuestión el problema de las reglas internas a la hora de competir que tanto evoca el equipo francés en la actualidad para incriminar a Franco Colapinto. En el vínculo del Reutemann con Williams existía una cláusula que le daba prioridad a su compañero en caso de que estuviera a menos de siete segundos del piloto argentino.
El santafesino venía liderando la carrera con comodidad. A 10 vueltas del final le sacaba más de 4 segundos a Alan Jones, el campeón del mundo y su compañero de equipo. Cuando faltaban 8 vueltas para terminar el evento, apareció un cartel que decía ”Jones-Reut", indicando que el argentino debía ceder la punta de la carrera e intercambiar posiciones.
Reutemann no hizo caso y ganó aquel Gran Premio. Cruzó la meta con casi 5 segundos de ventaja sobre el piloto australiano. Ese fue su penúltimo triunfo en el Gran Circo. Jones, furioso, no concurrió al podio: sólo estuvo El Lole para celebrar el título.
“Claro que vi los carteles, vi las señales, lo vi todo. Pero también pensaba mientras veía todo eso que si yo hacía caso a los carteles, era mucho más digno volver al box, preparar el bolso y despedirme de las carreras”, explicó el piloto argentino en la biografía realizada por Alfredo Parga, “Los días de Reutemann”.

Las palabras de Lole cobran fuerza luego de lo realizado por Colapinto. Aunque el equipo Alpine expresó su disgusto con la desobediencia, la pasión y el hambre de gloria tuvieron más peso en la sangre del piloto argentino, que todavía se juega su asiento de cara a 2026.