David Duchovny se pone del otro lado de los Expedientes X en una nueva serie

El ex agente Mulder ahora es presentador y productor de una serie que investiga casos desclasificados por el gobierno estadounidense. Investiga desde el Area 51 al primer avión soviético supersónico.
Devid Duchovny se pone del otro lado de los Expedientes X.
Devid Duchovny se pone del otro lado de los Expedientes X. Foto: History Channel.

Se hizo famoso en todo el mundo por protagonizar la serie Expedientes Secretos X, en la que compuso a Fox Mulder, un agente del FBI que quería creer en platos voladores y en algún tipo de magia sobre la tierra. A su lado tenía a una científica, Dana Scully (Gillian Anderson), que refutaba el misticismo de sus hallazgos. A lo largo de 11 temporadas y algunas películas, Mulder se las ingenió para demostrar que “la verdad está ahí afuera”, como rezaba el poster de su oficina.

Hoy David Duchovny tiene un importante prestigio como actor que se ha ganado a fuerza a tomar decisiones propias y desembarca en History Channel como conductor y productor de la serie documental Expedientes Desclasificados, que se estrena el 18 de septiembre a las 21.50.

Pasé mucho tiempo alejándome de la ciencia ficción desde The X-Files. Y tengo mucho cuidado de no vivir en ese mundo como actor”, aclaró explicando la decisión de ser conductor en una serie que brinda un acceso a la evidencia más reciente detrás de algunas de las operaciones gubernamentales más secretas, insólitas y sorprendentes de la historia estadounidense. A partir de documentos desclasificados exponen la verdad de la existencia de bases secretas en el corazón de las montañas o debajo de hielos polares, así como revela planes espaciales que parecen de ciencia ficción e incluso proyectos para detonar la Luna o encubrir catástrofes cósmicas.

Devid Duchovny se pone del otro lado de los Expedientes X. Foto: History Channel.

Entre armas letales, experimentos de manipulación mental y alianzas con mafias y sectas, se despliega un mundo de espías con identidades ocultas, tecnología imposible de detectar y operaciones extremas que desafían la ética y la imaginación, mostrando que la realidad puede superar cualquier ficción. Así se expone la verdad de operaciones que desafían la ética y la imaginación, mostrando que la realidad puede superar cualquier ficción.

En 10 episodios de combinan material de archivo, recreaciones y entrevistas con historiadores, ex agentes de inteligencia, analistas militares, periodistas, ex funcionarios gubernamentales, especialistas en tecnología, científicos y expertos en fenómenos inexplicables. Cada uno aportará contexto a los secretos que salen a la luz. El resultado es un recorrido fascinante por operaciones encubiertas y eventos que marcaron el siglo XX, ofreciendo una mirada plural y reveladora sobre los hechos que moldearon el mundo moderno.

Devid Duchovny se pone del otro lado de los Expedientes X. Foto: History Channel.

Paradójicamente, Duchovny se define como escéptico y una “persona basada en la ciencia”, por lo que resalta la importancia de los hechos verificables, que son el núcleo de cada caso presentado en la serie: “Vivimos en un mundo donde la gente parece sentirse con derecho a tener su propio conjunto de verdades, lo cual es peligroso y preocupante. No me imagino que alguien vea esta serie y diga que esto sigue siendo un encubrimiento, qué es una mentira o qué no es cierto”.

El regreso a la ciencia ficción

“Siempre me han atraído las exploraciones de los aspectos más complejos de nuestra vida, profundizando en conversaciones que van más allá de la superficie y revelan historias más interesantes -reveló quien encarnara a Mulder-. Estoy encantado de producir ejecutivamente y conducir una nueva serie que no tiene miedo de ir hasta el fondo. Contamos las increíbles historias de secretos gubernamentales que estuvieron ocultos. Este ciclo demuestra que los secretos pueden descubrirse y que los misterios todavía pueden resolverse”, detalla el actor.

Devid Duchovny se pone del otro lado de los Expedientes X. Foto: History Channel.

Más allá de los hechos, en la madurez valora cómo se presenta cada caso, combinando rigor y entretenimiento: “Algunos tienen una importancia histórica mundial y otros son raros, extraños o hasta divertidos. Hay un verdadero flujo en la forma en que se presentan en la serie -explicó-. Tengo un podcast donde hablo mucho sobre el fracaso. Y mis libros tratan sobre personas, pero ficticias. Siento el impulso de contar historias, pero también que sean reales. Me gustan las buenas historias, ya sean ficticias o no”.

Y confiesa: “Cuando estás conduciendo un programa como este, sólo intentás ser un puente entre la audiencia y el tema. Tratás de presentar algún tipo de canal hacia ellos y de ser un buen anfitrión”.

Conspiraciones y realidad

El primer episodio se sumerge en los enigmas de la aviación y la seguridad estadounidenses durante la Guerra Fría. En 1954, Estados Unidos desarrolló en absoluto secreto el avión espía Lockheed U-2, diseñado para sobrevolar territorio soviético. Sus pruebas en el desierto de Nevada desencadenaron innumerables avistamientos de OVNIs y consolidaron la leyenda de Área 51, que con el tiempo se convirtió en sinónimo mundial de conspiraciones y tecnología oculta. El episodio también explora el Tu-144, el primer avión supersónico de pasajeros soviético, cuya sorprendente semejanza con el Concorde despertó años de sospechas sobre espionaje tecnológico. A esto se suma el accidente de un B-52 en Carolina del Norte y el riesgo nuclear real del que se tuvo conocimiento recién décadas después, así como la audaz operación de Israel para capturar un MiG-21 soviético, una maniobra que aseguró la superioridad aérea de la región y permaneció oculta durante años.

Devid Duchovny se pone del otro lado de los Expedientes X. Foto: History Channel.

Luego, el ciclo lleva al espectador a los rincones más secretos y extremos de la seguridad mundial. Desde Mount Weather, el búnker nuclear que garantizaría la continuidad del gobierno estadounidense, hasta la planta de reprocesamiento de combustible nuclear Mayak en la Unión Soviética, escenario del desastre de Kyshtym en 1957, cada instalación revela los riesgos y secretos que se mantenían fuera del alcance del público.

En Groenlandia, Camp Century se ocultaba bajo kilómetros de hielo como sitio de lanzamiento nuclear; en Colorado, la CIA entrenaba a combatientes tibetanos para operaciones clandestinas; y en Utah, Dugway Proving Ground fue escenario de experimentos con armas químicas y biológicas cuyos efectos permanecieron en silencio durante años. Estas son las primeras historias de los fascinantes secretos recién revelados.