De Efraín de 'Señorita Maestra' al unipersonal de su vida

Héctor Fernández Rubio sabe que hizo historia en la televisión argentina cuando se puso en la piel del simpático y querible portero del programa que enamoró a grandes y chicos. En VIDEO, una nota imperdible con un actor que apuesta a las tablas.

Héctor Fernández Rubio

no olvida a Efraín de “Señorita Maestra”, el personaje que lo llevó a la fama, pero lo deja de lado un ratito para volver al teatro con un unipersonal donde cuenta su vida.

“Es un orgullo, siempre digo que hubo etapas con Efraín. Me daba mucha bronca porque todo el mundo me decía Efraín antes que Héctor Fernández Rubio... Pero después llegó un momento dado, después de 47 años de profesión, cuánta gente, cuántos actores pasaron por la profesión y no tuvieron la posibilidad de ser reconocidos aunque sea por un personaje. Es una bendición de Dios que hay que agradecer”, comenzó diciendo en “El Diario del Sábado”, programa de Canal 26.

Y asegura que “con Señorita Maestra los porteros fueron revalorizados, se hacían los buenos porque yo era el bueno, compinche de los pibes y entonces se hicieron los buenos. Les cambié el perfil a los porteros”.

“Señorita Maestra se dio en el '83 en ATC, en el '85 le devuelven el canal a Romay y vuelve a pasar toda la misma serie. Y en el '87 le devuelven Teledos a García y vuelven a pasarla”, tal como cuenta Fernández Rubio.

El programa fue sucesor de “Jacinta Pichimahuida” cuya maestra protagonista era Evangelina Salazar, primero, y luego María de los Ángeles Medrano. A Héctor le tocó ser el portero del colegio donde la maestra era Cristina Lemercier.

“Era muy interesante la relación con los chicos, más que con los padres. Los que más jorobaban eran los padres. 'Mi hijo tiene poca letra', decían”, confiesa a Canal 26.

Hoy, regresa al teatro con un unipersonal en Tadrón Teatro. “Estoy haciendo una epopeya escrita por Pablo Mascareño y dirigida por Herminia Jensezian, donde digo que cuando salí de la colimba se me empezaron a volar las chapas de una manera impresionante”, dice sobre su calvicie y sobre

“Una Vida... como la de tantos

”.

“En la vida todo tiene un por qué, me llaman del Odeón y me contratan para hacer de un ejecutivo pelado. El problema era que para mí no se notaba”, afirmó de su figura: “Me dijeron 'usted tiene que ser pelado', porque los tres ejecutivos de esta comedia musical eran Olmedo y Susana Brunetti, promesas, promesas”. Entonces fue a una peluquería a “peinarse para atrás” y cuando llegó al teatro su personaje lo hacía uno de los Mac y Mac. “A mí me sirvió para asumirse”, dice simpáticamente.

Sobre “Una Vida como la de tantos”, aseguró que recorre su vida, “es una epopeya del actor y del hombre, yo soy hijo de españoles, inmigrantes. Hay gente que se siente identificada con el personaje. Hemos vivido en varios lugares, 30 años en Lanús con una casa donde pasaba a segundo plano porque lo importante era la tierra. Ellos tenían un terreno en el fondo, la quinta, el gallinero, los huevitos. Todo eso cuento”.

Para verlo en escena: UNA VIDA como la de tantos... se presenta en TADRON TEATRO (Niceto Vega 4802) todos los sábados a las 19 HS.