Julio Bocca, sobre su pareja: "Estoy feliz con cómo vamos aprendiendo a convivir"

Julio Bocca contó detalles de su relación que lleva más de 10 años y lo lleva a estar “muy feliz”.
Se trata de un exitoso economista uruguayo que también valora la libertad que otorga el perfil bajo.
Ambos disfrutan de las salidas a las playas más alejadas de Montevideo, donde viven y, sobre todo, del día a día bajo el mismo techo con rituales infranqueables: cenas románticas regadas por exquisitos vinos y charlas infinitas.
Después de años de formación y veintisiete de carrera profesional bajo la rigurosa exigencia de la danza, el notable artista abordó la que, quizás, fue la decisión más trascendente de su vida: retirarse de los escenarios y comenzar a disfrutar de días más plácidos con permisos para el disfrute, los vínculos sociales y la construcción del amor.
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Aquel verano de 2008, las fiestas en el balneario uruguayo lo contaban como una de las celebridades invitadas que prestigiaba cada convite. Pero, en medio de esa agenda de bacanales glam, Julio se hizo tiempo para madrugar y disfrutar sin prejuicios del sol de enero en Portezuelo. La playa nudista Chihuahua fue el sitio escogido. "Era la primera vez que iba, no conocía ese lugar. Ahí nos vimos", dice con aún cierto atisbo de pudor. Ese "ahí nos vimos" refiere al encuentro iniciático con quien es su pareja desde aquella precisa mañana de verano.
Ante la consulta sobre cómo es su vida actualmente, el artista afirmó: “Me levanto temprano, hago el desayuno, y a las ocho de la mañana entro a trabajar hasta las cinco de la tarde”. Y también se refirió a una posible paternidad: “La verdad es que no tengo mucha paciencia con los niños, no sé si seré un buen padre. Por ahora, eso no sucederá. Lo pensamos, se está hablando, no negamos el tema, pero no es algo de este momento. Eso no significa que, a futuro, no se pueda dar. El año que viene tendré varios cambios y, además, disfruto mucho de mi tiempo. Así que, por ahora, no es una variable”.
Julio transita los cincuenta años con plenitud física y emocional. Aunque alejado de la escena, su cuerpo sigue en impecable línea. "¿Así es ser viejo? Uno recuerda que antes, a esta edad, ya eras un abuelo. Ahora eso no existe. Interiormente me siento como si tuviera 30. De todos modos, físicamente hay signos. Tuve 9 operaciones y las rodillas pasan factura en los viajes. Mi abuela decía: ´va a llover porque me duelen las rodillas´. ¡Y es cierto! De todos modos, la cosa cambió. En Hong Kong veo a la gente mayor en el gimnasio".
A fin de año, Julio dejará la dirección del Ballet del Sodre y ya se prepara para un 2018 que lo llevará por el mundo como asistente de coreografía y dando clases magistrales. "Estaré también en el Teatro Colón siendo asistente de la gran coreógrafa de Hong Kong Anna-Marie Holmes con El Corsario y daré clases en las escuelas del San Francisco Ballet y en el American Ballet".