Emblema gastronómico: la histórica pizzería de CABA que ofrece una variedad de gustos incomparable y una fugazetta irresistible

La Ciudad de Buenos Aires tiene un sinfín de restaurantes y bodegones, dado que su gastronomía es una de las mejores y más variadas del mundo.
En ese sentido, las pizzerías también tienen un lugar privilegiado entre los 48 barrios que conforman CABA y una de las más destacadas está en Mataderos, conocida como El Cedrón, fundada en 1935.
El emblema de Mataderos: pizzería El Cedrón
El Cedrón mantiene viva la esencia de las pizzerías barriales: un lugar donde los vecinos se reconocen y se saludan de mesa a mesa, los mozos atienden con dedicación y oficio, y el ambiente está cargado de calidez, risas y voces elevadas que compiten con los pedidos gritados a la cocina.

No hay códigos QR ni pantallas digitales: el menú se recita de memoria, las porciones se sugieren con entusiasmo, y el vínculo humano pesa tanto como el sabor de la pizza.
También podría interesarte
Con sus paredes revestidas en azulejos y un salón amplio pensado para reuniones familiares y grupos de amigos, El Cedrón destila historia en cada rincón. Las servilletas, más simbólicas que funcionales -no secan ni limpian-, son parte del ritual inconfundible de cualquier pizzería de ley.
Y aunque los años han traído cambios, El Cedrón permanece fiel a su esencia, sosteniendo con orgullo la tradición pizzera del barrio que cultiva desde hace casi nueve décadas.
Y es que para la década del '60 ya el local se empezó a destacar como una pizzería reconocida de la Ciudad para luego transformarse en un verdadero ícono de la gastronomía porteña. Por supuesto, la fama llegó a raíz de sus potentes y generosas porciones y sus fainás y fugazettas exquisitas.

Para el 2013 la Legislatura porteña declaró a El Cedrón como sitio de interés cultural, al reconocer su historia y también por erigirse como emblema del barrio de Mataderos y de la Ciudad de Buenos Aires. Un lugar que invita al disfrute del buen comer, a pasar un tiempo con amigos o familia y a dejarse llevar por la variedad de sabores.