El impresionante nuevo avión de la Armada Argentina: tecnología de vanguardia para proteger la Zona Económica Exclusiva

Con el objetivo de hacerle frente a buques extranjeros en la milla 201, el país presentó un avión dotado de una gran autonomía para recorrer todo el mar argentino.

Se presentó oficialmente un nuevo avión P-3C Orion.
Se presentó oficialmente un nuevo avión P-3C Orion. Foto: Ministerio de Defensa.

En la actualidad, embarcaciones extranjeras se aprovechan de las dificultades que implica recorrer el extenso mar argentino y pescan ilegalmente en la Zona Económica Exclusiva del país. Con el objetivo de preservar sus recursos marítimos y reducir esta dinámica perjudicial para los intereses del país, la Armada Argentina presentó su segundo avión de patrulla marítima P-3C Orion.

Con tecnología capaz de cubrir grandes distancias y operar durante horas ininterrumpidas, la aeronave patrullará el Atlántico Sur con el objetivo de reforzar la presencia en áreas sensibles y enfrentar incursiones hasta las 200 millas marinas desde la costa.

El segundo P-3C Orion de la Armada Argentina. Foto: X @Argendef

El retorno de los P-3C significa mucho más que una cuestión técnica para la defensa: marca la posibilidad de ejercer vigilancia permanente, fortaleciendo la soberanía nacional sobre los espacios marítimos.

Es que la debilidad histórica de los patrullajes habilitó durante años que barcos extranjeros incursionaran más allá de la Zona Económica Exclusiva, generando pérdidas millonarias e impacto ambiental.

Las impresionantes características del avión P-3C Orion

El nuevo avión adquirido por la Armada Argentina representa mucho más que una aeronave: es una pieza clave para fortalecer el control del Atlántico Sur. Diseñado para operaciones de patrullaje marítimo de largo alcance, búsqueda y rescate en alta mar, y vigilancia de los recursos pesqueros, este avión consolida la presencia argentina en una región de alto valor económico y estratégico.

Entre sus principales características, los P-3C Orion se distinguen por su radio de acción y una autonomía de 12 horas de vuelo, lo que les permite cumplir misiones de largo alcance y sostener presencia prolongada sobre el mar.

La recepción del segundo P-3C Orion se realizó en la Base Aérea Militar Aeroparque. Foto: Ministerio de Defensa.

Diseñados originalmente como aviones de guerra antisubmarina de tamaño medio, estos aparatos combinan potencia, resistencia y estabilidad. Sus grandes alas rectas y extendidas optimizan el desempeño en vuelos a baja altitud y velocidad, mientras que sus cuatro motores turbohélice Allison T-56-A-14 de 4.600 caballos de fuerza garantizan un rendimiento confiable en operaciones exigentes.

Con una longitud de 35,57 metros, una altura de 10,27 metros y una envergadura de 30,38 metros, los Orion pueden despegar desde prácticamente cualquier base o aeropuerto del litoral marítimo. Además, su robusto tren de aterrizaje en configuración de triciclo les permite operar en diversas condiciones climáticas y de terreno.

Avión Lockeed P-3C Orion. Foto: Armada Argentina.

Gracias a esta combinación de alcance, autonomía y versatilidad, el P-3C Orion es una herramienta esencial para el patrullaje marítimo de largo alcance, la exploración, la búsqueda y rescate (SAR) y las misiones antisubmarinas y antisuperficie. Con su incorporación, la Armada Argentina refuerza su capacidad de vigilancia y control sobre los espacios marítimos nacionales, al tiempo que contribuye a la protección de los recursos naturales y la soberanía en el Atlántico Sur.

La milla 201, un desafío importante para la República Argentina

Es en esta pequeña porción de la alta mar, adyacente al límite exterior de la Zona Económica Exclusiva argentina, donde enormes flotas de pesqueros extranjeros compiten por recursos de alto interés comercial internacional, sin ningún tipo de regulación, límite o plan de manejo. Ello ocurre en contraposición con la pesca regulada y el manejo sustentable de los mismos recursos, dentro de Argentina.

Operan en un espacio marcado por la ausencia de regulación pesquera y donde se relacionan e interactúan, generalmente de manera conflictiva, principios del derecho internacional y derechos y obligaciones del Estado ribereño y de los Estados de abanderamiento de cada uno de esos buques, apoyados por una importante red de buques de servicios que les permite permanecer ininterrumpidamente extensos períodos de tiempo en zona de pesca, alejados de los puertos y sus controles y facilitando con ello la ocurrencia de otras formas de crimen marítimo asociadas a esta actividad, como la explotación laboral y los trabajos forzosos a bordo.

Si bien se sabe claramente que los ingresos ilegales a la Zona Económica Exclusiva son escasos y no representan la principal causa de la problemática, de producirse, deben ser detectados y sus autores puestos a disposición de las autoridades competentes de nuestro país.