Los 3 países de Sudamérica donde no se habla español ni portugués: qué idiomas predominan y cómo afecta a la región
América del Sur es un continente sumamente diverso, no solo en términos geográficos y naturales, sino también en lo cultural y lingüístico. Esta riqueza se manifiesta incluso dentro de las fronteras de un mismo país, donde pueden coexistir múltiples etnias, costumbres, dialectos y tradiciones.
Aunque el español y el portugués son los idiomas predominantes -producto del legado colonial de España y Portugal-, existen excepciones sorprendentes que reflejan la complejidad histórica de la región. En total, hay tres países sudamericanos que no tienen a estos idiomas como lenguas oficiales: Guyana, donde se habla inglés; Surinam, cuyo idioma oficial es el neerlandés; y Trinidad y Tobago, que tiene al inglés como idioma predilecto.

Esta diversidad idiomática también influye en las dinámicas culturales, políticas y económicas de la región. Por ejemplo, mientras que la mayoría de los países sudamericanos comparten una herencia hispánica común, estas tres naciones tienen sistemas educativos, modelos institucionales y relaciones internacionales marcadas por su vínculo con otras potencias europeas o con la Commonwealth.
A su vez, el mestizaje y la convivencia con pueblos originarios y comunidades afrodescendientes dieron lugar a una identidad cultural aún más rica y compleja en todo el continente. La herencia y las tradiciones que aportan estos países, junto a las imponentes maravillas naturales que poseen, los convierten en destinos que merecen una mayor exploración y reconocimiento en el panorama sudamericano y mundial.
Los tres países que no hablan español ni portugués en Sudamérica
Surinam
El país más pequeño de América del Sur tiene como idioma oficial al neerlandés debido a su pasado como colonia de los Países Bajos hasta 1975, cuando obtuvo su independencia. Con un censo de poco más de 600.000 habitantes, Surinam se distingue por su diversidad étnica, que incluye grupos hindúes, criollos, javaneses, maroons, amerindios y chinos.
Además del neerlandés, existen muchas lenguas locales en uso. Por ejemplo, el Sranan Tongo (un criollo inglés), el hindi surinamés, el javanés y varios dialectos amerindios son parte del paisaje lingüístico cotidiano.
La capital, Paramaribo, es famosa por su arquitectura colonial bien preservada y ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La economía de Surinam se basa principalmente en la minería de bauxita, así como en el oro, petróleo, productos agrícolas y madera.
Guyana
Con una población de alrededor de 800.000 personas, Guyana es el único país sudamericano donde el inglés es la lengua oficial mayoritaria. Sin embargo, existe una mezcla de otras lenguas debido a su población multicultural, que incluye comunidades de origen indio, africano, amerindio, chino y portugués.
Las lenguas criollas, como el criollo guyanés, son ampliamente habladas en contextos informales y reflejan la complejidad cultural del país.

La economía de Guyana estuvo históricamente basada en la agricultura y la minería, pero recientemente experimentó un crecimiento económico significativo gracias al descubrimiento de grandes reservas de petróleo frente a sus costas.
Trinidad y Tobago
Trinidad y Tobago, aunque se encuentra en el mar Caribe, es considerada una prolongación del territorio continental de Sudamérica. Se ubica a solo 11 kilómetros de la costa noreste de Venezuela. Estas dos islas, Trinidad y Tobago, tienen el inglés como idioma oficial debido a su historia como colonia británica.
La población de alrededor de 1,4 millones de personas es un mosaico cultural con influencias africanas, indias, europeas y amerindias, lo que se refleja en sus festividades, música y cocina. Conocida por ser la cuna del calipso y el soca, la música es parte integral de la identidad de Trinidad y Tobago. El carnaval es una de sus celebraciones más icónicas.
La economía de Trinidad y Tobago se destaca en la región por su producción de petróleo y gas natural, lo que la convierte en una de las más ricas en términos de PIB per cápita.