La guerra más sangrienta en la historia de Latinoamérica: involucró a Argentina y un país perdió a la mitad de su población

Entre los años 1864 y 1870 se produjo en Latinoamérica el enfrentamiento más sangriento y largo en la historia de la región. Se trató de la Guerra de la Triple Alianza, un conflicto que enfrentó a Paraguay contra una coalición conformada por Argentina, Brasil y Uruguay.
Las consecuencias del conflicto bélico fueron catastróficas: Paraguay perdió más de la mitad de su población total y quedó prácticamente devastado a nivel económico, territorial y social.

Aunque en un principio el conflicto tenía fines políticos y territoriales -como asegurar el control sobre rutas comerciales y zonas estratégicas del Río de la Plata-, rápidamente se convirtió en una guerra de exterminio del pueblo paraguayo y produjo un derrumbe demográfico del 60% al 69% de su población.
La población estimada del país al comienzo del conflicto era de 500 mil habitantes, la cual quedó reducida a poco menos de 220 mil en 1870. Además de las pérdidas humanas, la agricultura y la ganadería también se vieron afectadas: el ganado vacuno, estimado en más de 2 millones de cabezas al principio de la contienda, no llegaba a 15 mil en 1870.
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Argentina, Brasil y Uruguay perdieron a unos 120.000 hombres. Pero la verdadera tragedia la vivió el país que enfrentó a estas tres potencias aliadas hace un siglo y medio: Paraguay, el perdedor de la contienda, sufrió el asesinato de 280 mil personas, aproximadamente.
¿Por qué se desató la Guerra de la Triple Alianza?
También conocida como Guerra del Paraguay o Guerra Grande, el conflicto tuvo su origen en 1863 cuando un grupo de liberales derrocó al gobierno federal uruguayo. La acción fue comandada por el general Venancio Flores, que estuvo apoyado por el gobierno brasileño.
Ante la incursión brasileña en Uruguay, el general paraguayo Francisco Solano López intervino en defensa del gobierno depuesto y le declaró la guerra a Brasil. Esta decisión estuvo fundada en el temor de que la intervención militar brasileña fuese el primer paso para una ocupación definitiva de Uruguay que rompería el equilibrio del Río de la Plata y pondría en peligro la independencia del Paraguay.

Por su parte, Argentina (entonces gobernada por Bartolomé Mitre) se había declarado neutral, aunque finalmente le declaró la guerra a Paraguay en 1865. El mismo año, ese país, Brasil y el nuevo gobierno de Uruguay firmaron el Tratado de la Triple Alianza en el cual fijaron los objetivos de la guerra y se comprometieron a no terminar la contienda hasta derribar al gobierno paraguayo.
Aunque Francisco Solano López consiguió victorias al principio, pronto empezó a coleccionar derrotas y se vio obligado a llamar a las armas incluso a niños y ancianos. La guerra concluyó en 1870, en la batalla de Cerro Corá, en la cual murió el presidente paraguayo.
Lo más estremecedor del conflicto fue que la mayoría de las víctimas paraguayas no fueron soldados -eran unos 90.000-, sino población civil, incluyendo a niños, ancianos y mujeres. Miles de niños y adolescentes también murieron en el frente de batalla ya que, ante el exterminio de sus tropas, Solano López empezó a reclutar a soldados cada vez más jóvenes.
Las tropas brasileñas ocuparon el país hasta 1876 y las argentinas hasta 1879. Para entonces, Paraguay ya había cedido a la Argentina el territorio chaqueño comprendido entre los ríos Pilcomayo y Bermejo y el territorio misionero situado al sur del río Paraná (el país albiceleste logró anexar las actuales provincias de Formosa y Misiones). A Brasil se le otorgó la zona que reclamaba en Mato Grosso.