Reino Unido intensifica su presencia militar en las Islas Malvinas pese al respaldo internacional al reclamo argentino

Desde la finalización de la guerra de 1982, el Reino Unido mantiene un esquema de rotación de unidades de combate en las Islas Malvinas, conocido como sistema de “roulement”, que garantiza la ocupación permanente y la proyección de capacidades ofensivas.
La militarización de las islas también responde a una lógica de disuasión ante el reclamo soberano de Argentina, reconocido por múltiples resoluciones de la ONU. En lugar de avanzar hacia una solución diplomática, Londres continúa consolidando una estructura militar que refuerza el status quo colonial.

En este contexto, el Reino Unido llevó a cabo una serie de ejercicios militares avanzados en las Islas Malvinas, liderados por efectivos del Tercer Batallón del Regimiento de Paracaidistas (3 PARA).
La operación, realizada bajo el mando de las Fuerzas Británicas en las Islas del Atlántico Sur (BFSAI), incluyó entrenamientos de combate cercano en zonas urbanas de Puerto Argentino, ataques a nivel compañía en Pleasant Peak y operaciones de limpieza de trincheras, incorporando tecnologías de reconocimiento mediante sistemas aéreos no tripulados (UAS).
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Estas maniobras constituyen el cierre de la rotación del 3 PARA como Compañía de Infantería de Relevo (RIC) y refuerzan el carácter estratégico que el Reino Unido otorga a su presencia militar ilegal en el archipiélago.
Las Islas Malvinas, una plataforma clave para el Reino Unido
Este refuerzo militar se inscribe en una política de inversiones sostenidas en infraestructura y capacidades de defensa en las Islas Malvinas. En los últimos años, el Reino Unido destinó recursos significativos para modernizar la pista de aterrizaje de Monte Agradable, renovar instalaciones portuarias, instalar nuevos sistemas de defensa aérea y desplegar capacidades cibernéticas y de inteligencia.
Estas acciones se enmarcan dentro de la doctrina “Global Britain”, que promueve una proyección de poder británica más allá del continente europeo. En ese esquema, las Islas Malvinas son consideradas una plataforma clave para garantizar el acceso al Atlántico Sur, los recursos naturales en disputa —como hidrocarburos y pesca— y las rutas hacia la Antártida.
La reciente actualización de la Estrategia de Seguridad Nacional del Reino Unido, publicada en junio de 2025, señala explícitamente que las Islas Malvinas deben estar preparadas para responder a amenazas externas, lo que refuerza la prioridad geopolítica que se le asigna al archipiélago.