Más de 20 litros por persona: ¿cuál es el país que más vino consume en Sudamérica?

Si bien el continente donde más vino per cápita se consume es Europa y Estados Unidos es la nación en la que se toma la mayor cantidad de vino en términos de volumen total; Sudamérica reúne a países que disfrutan mucho de una buena copa.
En la región, el país más bebedor es Argentina. Con Mendoza como cuna de los mejores vinos del mundo, los ciudadanos argentinos lideran el consumo en Sudamérica, con una fuerte tradición vitivinícola que se remonta a siglos atrás. Las reuniones familiares, los asados y las celebraciones suelen estar acompañadas por una copa de Malbec, Cabernet Sauvignon o Torrontés, entre otras cepas emblemáticas del país.

Con 21,6 litros por persona, Argentina supera cómodamente a Uruguay, la nación sudamericana que ostenta el segundo puesto y tiene un consumo de 14,3 litros.
En cuanto a producción, Argentina es el quinto país productor a nivel mundial y líder en Sudamérica, con buena parte concentrada en Mendoza, que aporta más del 60% del volumen total producido. El vino tinto domina ampliamente, especialmente la variedad Malbec, con más de 323 mil toneladas de uva Malbec en 2023, un incremento de más del 140% con respecto a la segunda variedad más plantada.
También podría interesarte
Las exportaciones son otro pilar esencial: Argentina figura entre los mayores exportadores globales, con envíos dirigidos principalmente a Estados Unidos, Reino Unido, Brasil y Canadá.
El vino, un atractivo turístico importante para Argentina
El enoturismo también se consolida como fuente relevante de ingresos para el sector. La Ruta del Vino recorre varias provincias, incluyendo Mendoza, San Juan y La Rioja, con cerca de 2.000 bodegas ofreciendo experiencias de cata, hospedaje y actividades culturales. Algunas bodegas destilan hasta la mitad de sus ingresos por ventas directas y turismo.

El consumo moderado de vino, especialmente el tinto, fue asociado con ciertos beneficios para la salud debido a su contenido de compuestos bioactivos como el resveratrol, los polifenoles y los flavonoides.
Estos antioxidantes pueden contribuir a la protección del sistema cardiovascular al reducir la inflamación, mejorar la función de los vasos sanguíneos y disminuir los niveles de colesterol LDL (“malo”). Además, algunos estudios sugieren que el vino tinto podría tener efectos neuroprotectores, ayudando a prevenir el deterioro cognitivo en personas mayores.