Etiopía, el único país africano que no fue colonizado por europeos: ¿cómo logró mantenerse independiente de las potencias mundiales?
La historia de Etiopía ocupa un lugar destacado en el continente africano. No solo se la reconoce como el Estado independiente más antiguo de África, sino que también fue el único territorio que logró preservar su soberanía durante la colonización europea en el siglo XIX.
Después de la Conferencia de Berlín de 1884, las potencias europeas llevaron adelante un reparto de África con fines coloniales. Francia, Inglaterra, España, Alemania, Italia y los Países Bajos se disputaron el control de territorios y recursos del continente, sin tener en cuenta su historia, las culturas locales ni las fronteras preexistentes. Sin embargo, hubo un imperio que logró resistir aquella ola de colonización: Etiopía.
Este antiguo territorio consiguió mantener su soberanía mientras, a su alrededor, reinos y naciones independientes sucumbían al dominio extranjero. Si bien enfrentó ocupaciones temporales, ninguna potencia europea logró imponer un control permanente.
Uno de los desafíos más grandes para el pueblo etíope vino desde Europa. En 1896, el ejército italiano intentó colonizar Etiopía, pero fue derrotado en la Batalla de Adua, un hecho histórico que marcó la independencia del país frente al colonialismo europeo.
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A pesar de la ocupación italiana entre 1936 y 1941, durante la Segunda Guerra Italo-Etíope, cuando las tropas de Benito Mussolini avanzaron desde Eritrea —colonia italiana— y lograron que Etiopía pasara a llamarse Abisinia tras su victoria, la anexión no obtuvo reconocimiento internacional y la resistencia etíope fue clave para recuperar la independencia.
Finalmente, su reconocimiento internacional también refuerza su condición de Estado independiente más antiguo del continente africano y el único que jamás cayó en las garras de las potencias europeas: Etiopía formó parte de la Sociedad de Naciones, con el objetivo de mantener la paz y la seguridad internacionales después de la Primera Guerra Mundial, y fue miembro fundador de la ONU en 1945, demostrando su estatus como Estado soberano.
El curioso caso de Liberia y las diferencias con Etiopía
Aunque Liberia también es reconocida como uno de los pocos países africanos que no fueron colonizados por potencias europeas, su caso es diferente al de Etiopía. Liberia fue fundada en 1847 por la American Colonization Society, una organización estadounidense que promovió el asentamiento de esclavos liberados procedentes de Estados Unidos en la costa africana. Esto significa que, a diferencia de Etiopía, su existencia como Estado está estrechamente ligada a la influencia y el apoyo de una potencia extranjera desde sus orígenes.
Además, durante gran parte de su historia, Liberia dependió económica, política y militarmente de Estados Unidos, lo que limitó su autonomía real. Su modelo político fue diseñado a imagen del sistema estadounidense, y los descendientes de los colonos (conocidos como americo-liberianos) dominaron la vida política y social, marginando a las poblaciones africanas originarias.
Por estas razones, aunque Liberia nunca fue colonizada en el sentido tradicional y mantuvo formalmente su independencia, no tiene una historia similar a la de Etiopía, que se consolidó como una civilización autóctona con estructuras propias y una continuidad histórica milenaria, lo que le otorga una posición única en el continente.