El papa León XIV y los cambios que le esperan a la Iglesia: matrimonio igualitario, misas en latín y mujeres diáconos

El papa León XIV, Robert Prevost, asumió al frente la Iglesia Católica en mayo de este año con el desafío de continuar la línea reformista de Francisco sin dejar de atender las preocupaciones del ala más conservadora del Vaticano.
Ya desde sus primeras intervenciones marcó posiciones sobre temas sensibles como la inclusión de las personas LGBTQ+, la misa en latín y el rol de las mujeres en la Iglesia.
Apertura a la comunidad LGBTQ+ con “bendiciones”
El pontífice reafirmó que la Iglesia debe recibir “a todos” y destacó la importancia de la inclusión en la vida comunitaria. Sin embargo, aclaró que las uniones homosexuales no pueden equipararse al matrimonio sacramental, reservado —según la doctrina— a la unión entre un hombre y una mujer.

Desde el papado de Leon confirmaron que continuarán con las “bendiciones” a uniones homosexuales que ya había impulsado Francisco, siempre manteniendo la diferenciación con un “matrimonio”. Así lo informó el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe en el Vaticano, a comienzos de julio durante una entrevista.
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¿Vuelta la misa en latín?
Uno de los gestos más comentados fue la autorización para que el cardenal Raymond Burke celebrara una misa tridentina en la Basílica de San Pedro, durante la peregrinación tradicionalista Summorum Pontificum.
La decisión, interpretada como un gesto de conciliación, no implica una reapertura generalizada de este rito, sino un intento de calmar tensiones con los sectores más apegados a la liturgia preconciliar.
Mujeres y diaconado
Respecto de la posibilidad de ordenar diaconisas —lo que habilitaría a mujeres a bautizar, casar y predicar— el Papa optó por mantener la pausa. Aunque durante el pontificado de Francisco se conformaron comisiones de estudio, León XIV considera que aún no es momento de avanzar en esa dirección, priorizando la unidad interna.
Un estilo de gobierno
En sus primeros meses, León XIV dejó en claro que su estilo será el de la prudencia y el equilibrio: sostener la apertura iniciada por Francisco, pero administrando los cambios con cautela.
Su principal objetivo parece ser contener la polarización dentro de la Iglesia y evitar que las diferencias doctrinales y litúrgicas deriven en rupturas más profundas.