Estados Unidos advirtió a Israel por la ley para anexionar a Cisjordania: “Una maniobra política estúpida”
Estados Unidos dejó clara su postura acerca del proyecto de ley que aprobó preliminarmente el Parlamento israelí (Knéset) acerca de la anexión de Cisjordania. JD Vance, vicepresidente estadounidense, indicó que se trata de “una maniobra política estúpida”, durante su visita a Israel.
En este contexto, Vance reafirmó: “Cisjordania no va a ser anexionada por Israel”. Y siguió en su declaración: “Es una maniobra política, es una maniobra política estúpida, y personalmente me siento insultado. Cisjordania no va a ser anexionada por Israel, la política de la Administración Trump es que Cisjordania no va a ser anexionada por Israel, esa va a seguir siendo nuestra política”.
El vicepresidente, que aterrizó el martes en Israel para supervisar el plan del alto el fuego en Gaza, aseguró además que se siente ofendido por la decisión de la Knéset: “Si quieren hacer votos simbólicos, pueden hacerlo, pero nosotros definitivamente no estamos felices con ello”.
El Parlamento israelí aprobó ayer en una lectura preliminar con 25 votos a favor y 24 en contra, una propuesta para anexionar la Cisjordania ocupada, en el primer paso que precede a otras tres votaciones que serán necesarias en la Knéset para convertir este proyecto en ley.
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La propuesta, que ha sido rechazada por España, Qatar, Turquía y otros países, dice: “el Estado de Israel aplicará sus leyes y soberanía a las zonas de asentamiento en Judea y Samaria, para establecer el estatus de estas áreas como parte inseparable del Estado soberano de Israel”.
Palestina no cuenta con continuidad territorial, y mientras en Gaza gobernaba la rama política de Hamás, en Cisjordania permanece la Autoridad Nacional Palestina (ANP), encabezada por Mahmud Abbas.
Si bien en la mayor parte de esta zona (la denominada Área C que equivale al 60 % del territorio) Israel posee tanto control militar como civil desde los Acuerdos de Oslo.
Además, existen cientos de puestos de control militares israelíes a lo largo de toda Cisjordania, y un sistema de permisos que no permite el libre movimiento de los palestinos entre ciudades, prohibiendo a muchos la entrada a Jerusalén (entre otras urbes).