¿La caída definitiva de Sarah Ferguson?: el impacto de sus lazos con Jeffrey Epstein y la renuncia del príncipe Andrés

Sarah Ferguson, ex duquesa de York y una de las figuras más carismáticas de la realeza británica, atraviesa quizás el momento más difícil de su vida pública. A sus 66 años, la exesposa del príncipe Andrés perdió mucho más que un título nobiliario: quedó fuera de la televisión británica, fue apartada de múltiples organizaciones benéficas y enfrenta un deterioro profundo de su imagen, a raíz de la filtración de un correo electrónico que la vincula con Jeffrey Epstein.
Aunque Ferguson no forma parte oficial de la familia real desde su divorcio en 1996 —tras separarse en 1992 del tercer hijo de la reina Isabel II—, siguió siendo conocida como “la duquesa de York” hasta este año. Continuó residiendo en Royal Lodge, dentro del complejo de Windsor, compartiendo techo con su exmarido desde 2008. Sin embargo, la pérdida del ducado y el escándalo que involucra su correspondencia con Epstein marcaron un punto de no retorno.

El escándalo Epstein, la renuncia de Andrés y el fin de la vida pública de Sarah Ferguson
Tal como publicó Daily Mail, la madre de las princesas Beatriz y Eugenia fue despedida de la cadena británica ITV, donde participó en programas como This Morning y Loose Women. La decisión se tomó tras la difusión de un correo que ella misma envió a Epstein en 2011, llamándolo “amigo fiel y supremo” una vez que él salió de prisión, donde había cumplido condena por tráfico sexual de menores.
“Fergie (como la llaman cariñosamente) no volverá a aparecer en ITV, no hay nada previsto para ella. Trabajó mucho con la cadena durante un tiempo y siempre formó parte del grupo. De hecho, estaba muy involucrada en los planes de ITV, pero ya no. Se ha terminado su relación con el canal”, afirmó una fuente interna al citado medio.
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Y es que el daño en su reputación no tardó en extenderse. Varias fundaciones benéficas con las que Ferguson colaboraba decidieron cortar lazos. La organización Julia’s House declaró: “Tras la información compartida este fin de semana sobre la correspondencia de la duquesa de York con Jeffrey Epstein, Julia’s House ha tomado la decisión de que sería inapropiado que ella continúe como patrocinadora”.
A esta decisión se sumaron Teenage Cancer Trust, Prevent Breast Cancer y la Natasha Allergy Research Foundation, entre otras, que manifestaron en comunicados su rechazo a mantener vínculos con la exduquesa.
El escándalo también salpicó nuevamente al príncipe Andrés. La publicación de las memorias de Virginia Giuffre, quien denunció haber sido víctima de Epstein y de haber mantenido relaciones sexuales con Andrés siendo menor, reavivó el caos mediático. A raíz de ello, el príncipe anunció su renuncia a todos los títulos nobiliarios, declarando que su permanencia distraía “la atención del trabajo de Su Majestad y de la familia real”.

Ambos, Andrés y Sarah, enfrentan ahora un incierto futuro fuera de los círculos de poder. La prensa británica reveló que deberán abandonar Royal Lodge, su histórica residencia, tras descubrirse que el alquiler acordado no fue pagado desde 2003. Según The Sun, “él es realista y sabe que el final está cerca y que su tiempo en la Royal Lodge ha terminado ya”.
Ferguson, que alguna vez fue símbolo de simpatía y resiliencia dentro de la monarquía británica, ve desde cerca cómo se derrumbas los cimientos que la mantuvieron en el centro de la escena durante décadas. Despojada de títulos, trabajos y apoyos, su figura se desvanece entre los ecos de un pasado del que la familia real parece querer tomar cada vez más distancia para no verse perjudicada.














