La temible historia de Sandokán, el mafioso italiano que contaminaba los barrios con residuos tóxicos

Francesco Schiavone decidió hablar después de estar 26 años preso y aún se desconoce si ayudará a revelar múltiples aberraciones cometidas.

Por Canal26

Domingo 21 de Abril de 2024 - 13:17

Francesco Schiavone, Sandokan. Foto: X. Francesco Schiavone, Sandokan. Foto: X.

Francesco Schiavone, llamado también Sandokán, fue el jefe del clan camorrista de los Casalesi. Durante sus años por fuera de la ley, era considerado uno de los criminales más ricos y crueles de Europa cuando fue detenido en 1998.

El líder del crimen organizado  que pasó sus últimos 26 años de vida totalmente aislado en una celda, decidió contar los mayores secretos de la Camorra napolitana a la justicia, permitiendo develar numerosos casos de asesinatos y de corrupción. 

Su grupo mafioso se apoderó de gran parte de la administración pública y envenenó con residuos tóxicos los terrenos de sus vecinos italianos. Aunque es difícil marcar a ciencia cierta el comienzo de su historia criminal, se identifica en sus orígenes al terremoto en Irpinia en 1980 que provocó el éxodo de miles de familias pobres al sur de Italia. En ese momento, muchas organizaciones criminales buscaron hacerse de tierras y de dinero público para reconstruir barrios enteros.

La noche del sismo, Raffaele Cutolo, conocido como Il Professore y jefe de la Nueva Camorra Organizada (NCO), mandó a asesinar desde la cárcel a un exponente de la llamada Nueva Familia, una organización mafiosa que controlaba zonas agrícolas en la zona de Caserta. Se trataba del líder de los campesinos que apelaban al código de honor de la Cosa Nostra, Antonio Bardellino, que ocupaba un asiento en la Cúpula siciliana y estaba metido en el entramado del narcotráfico internacional. 

Aunque su cuerpo nunca fue hallado, se cree que el asesino fue Mario Iovine quien tomó control del clan mafioso. Pero la planificación del atentado fue atribuido a Sandokán, un hombre llamado de esa manera por su parecido con el actor Kabir Bedi, que encarnaba al mítico personaje literario en una conocida serie televisiva.

Las tierras usurpadas por la Camorra Casalesi. Foto: El País. Las tierras usurpadas por la Camorra Casalesi. Foto: El País.

Este hombre, hijo de una familia de agricultores, estudió medicina pero nunca se recibió. Lideró el clan de los Casalesi, una organización destinada a infundir el miedo en Casal Di Principe y otros treinta municipios cercanos. “Nos robaron la identidad llamándose Casalesi. Ese el gentilicio de nuestros habitantes, que solo sufrieron su violencia y corrupción”, contó Renato Natale al diario El País, alcalde del pueblo y entonces también primer concejal.

Natale siempre se opuso a los negocios del clan y tuvo consecuencias: un camión volcó una enorme cantidad de estiércol en la puerta de su casa. Otra vez una excavadora instaló restos de una rotonda de tráfico arrancada porque no quiso contratar a constructoras locales. “Esto se convirtió en una especie de dictadura militar, en la que los vecinos perdieron la libertad”, dijo.

Sin embargo, la zona, después de atravesar las consecuencias de la mafia y más de 300 muertos, quedó con muchas viviendas sin terminar porque carecían de permisos. Otras se derrumbaron por la mala calidad de los materiales que estaban hechas. 

Esta situación tuvo lugar porque la Camorra de Schiavone, a diferencia de los clanes mafiosos urbanos, entendió que el ladrillo era un mejor negocio que el narcotráfico. En este sentido, el líder se hizo de la totalidad de la cadena productiva de la construcción. El último paso de este proceso era la administración de los residuos y por eso la provincia de Caserta se transformó en el vertedero de Italia, también llamada ahora Tierra de fuegos, por las numerosas quemas de basura que llevaron adelante en la zona, según indicó el activista medioambiental, Enzo Tosti.

En este marco, la Camorra creó una empresa de reciclaje de residuos especiales donde ofrecía precios muy baratos. De esta manera, los barrios de la provincia se llenaron de mal olor. El Instituto Superior de Sanidad publicó un estudio que confirmaba la escandalosa situación: la internación y las muertes por cáncer en la Tierra de fuegos es entre siete y diez puntos porcentuales mayor al resto de la región. En el caso de bebés y niños, los tumores eran superiores: un 51% más en niños de hasta un año, y un 42% más hasta 14. Tosti, como muchos otros ciudadanos del lugar, sufre una leucemia que atribuye a la contaminación.

“Llegaban camiones de Brescia y de Toscana cargados de residuos tóxicos. Obligaban a los agricultores a enterrarlos en sus tierras o les pagaban el triple de lo que ganaban cultivando tomates”, contó el activista al mismo medio. Además, su compañero Gianni Solino, funcionario provincial experto en medioambiente, aseguró: “Hacíamos guardias y seguíamos a todos esos camiones que llegaban. Al principio eran solo los que había comprado el clan de Schiavone cuando comenzaron con este negocio, pero luego empezaron a llegar más. Primero los enterraban, desde 1985 hasta 1995, pero luego comenzaron a incendiarlos”.

La acusación llegó a Sandokán con la operación Spartacus. Schiavone entró a la cárcel junto a Francesco Bidognetti (Cicciotto ‘e mezzanotte) y Antonio Iovine (o’Ninno), pero desapareció antes de sentarse en el banquillo. Pero la división policial denominada Los Cazafantasmas allanó su casa el 18 de julio de 1998 tras una larga investigación.

Al entrar en la residencia, esta estaba vacía. Pero al ver unos extraños tubos lanzaron gases lacrimógenos contra ellos. “Paren, por favor, estoy con las niñas. Paren”, se escuchó entonces. A partir de ese momento salió el capo de la mafia junto a su familia de un lujoso búnker, donde habían armas, libros y obras de arte. 

Después de este suceso, Sandokán fue condenado a 13 cadenas perpetuas. Él permaneció mucho tiempo en silencio, decía “no me arrepentiré nunca”, en una nota que publicó en un periódico local. Sin embargo, varios miembros de su familia y su organización se arrepintieron. El pasado Viernes Santo, Sandokán envió una carta a la fiscalía antimafia, presidida por Giovanni Mellilo, y anunció su intención de colaborar con la justicia. Todavía no se sabe si aportará más pruebas o más confusión a la situación.