Los misteriosos "Ojos de Agua" que dieron vida a la cultura Nazca

Perú quiere volver a poner en valor sus acueductos subterráneas construidos hace más de mil años. Conocé el detrás de su historia.

Por Canal26

Viernes 24 de Febrero de 2023 - 18:27

Los misteriosos Los misteriosos "Ojos del Agua" en Perú. Foto: EFE.

La polvorienta y desértica tierra de Ica, en la costa sur de Perú, fue cuna de la cultura Nazca, cuyos pobladores llegaron a construir, hace más de mil años, kilómetros de acueductos subterráneos, que en la actualidad el Estado peruano quiere volver a poner en valor.

"Es un modelo tecnológico de suma importancia porque tenemos acá construcciones que datan entre los años 300 y 500 d. C. aproximadamente, lo que significa que hay una tecnología de 1.700 años de antigüedad que funcionaba y que funciona hoy en día", destacó Alberto Martorell, director de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Ica, durante una entrevista con EFE.

El subsuelo de esta zona está lleno de redes subterráneas de agua, que mayormente siguen en activo regando cultivos y palmeras del valle verde que destaca entre el árido entorno.

"El recurso hídrico fue usado de una forma brillante en una zona desértica, permitiendo el florecimiento de una cultura tan importante como la Nazca en condiciones que si no desarrollaban esta respuesta, no hubiera existido este desarrollo cultural", destacó Martorell.

Y agregó mientras recorría el centro arqueológico: "Se mantiene esta utilización del territorio con esa ancestralidad. La tecnología nos permite conocer el nivel de avance de esta obra de ingeniería compleja".

Acueducto de Cantalloc, Perú. Foto: EFE.El acueducto de Cantalloc, Perú. Foto: EFE.

Cuando este pueblo llevaba el agua a canales exteriores, implicaba la extracción de la capa freática (acumulación de agua subterránea a una profundidad relativamente pequeña bajo el nivel del suelo) hasta la superficie, lo que para los arqueólogos implica una compleja operación.

El centro arqueológico de los acueductos de Cantalloc, situados a apenas 4 kilómetros de la actual ciudad de Nazca, está formado por una veintena de respiraderos en forma de espiral de unos seis o siete metros de profundidad que conectan y dejan ver, oír y sentir la presencia de la preciada agua.

El objetivo de los respiraderos no era únicamente práctico, el misterio que envuelve a las famosas líneas de Nazca, que solo pueden ser apreciadas en toda su magnificencia desde el aire, también se contagia en esta obra de ingeniería.

Al haber tantos ojos de agua consecutivos, separados a veces por apenas un metro, está claro que eran utilizados para más fines que únicamente el mantenimiento y la oxigenación del agua.

"Una cultura tan vinculada con la necesidad de agua debe haber tenido una consideración del agua como elemento sagrado", concluyó Martorell, luego de explicar que aún no se sabe con certeza para qué más se usaban estos respiradores que podían servir para fines rituales.

Con información de EFE.

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