Se elige el nuevo Papa en el Vaticano: el castigo que se puede recibir por romper el pacto de silencio del cónclave

Una vez que se cierran las puertas de la Capilla Sixtina de cara a la elección del sucesor del papa Francisco, todos aquellos que participen del cónclave, ya sean cardenales hasta personal laico, deberán hacer un pacto de guardar en secreto lo que suceda puertas adentro. Quien no lo cumpla se someterá a un duro castigo por parte de la Iglesia católica.

Por Canal26

Martes 6 de Mayo de 2025 - 15:00

Vaticano; cónclave. Foto: Reuters. A horas del inicio del cónclave, las formalidades que se deben cumplir para su normal desarrollo. Foto: Reuters.

El cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco comenzará este miércoles 7 de mayo, y los preparativos de cara al evento ya se pusieron en marcha. En el día de mañana, los 133 cardenales electores deberán ir hasta la Capilla Sixtina del Vaticano y permanecer en ella hasta tanto decidan quién será el nuevo sumo pontífice de la Iglesia católica.

El Vaticano tendrá un estricto protocolo de seguridad ante el inicio del cónclave. Foto: Reuters/Amanda Perobelli. Tanto el personal eclesiástico como el laico que participe del cónclave deberá prestar un voto de secreto. Foto: Reuters/Amanda Perobelli.

En ese evento, estos cardenales deberán permanecer aislados y no podrán tener contacto de ningún tipo con el mundo exterior, condición que rige para que no puedan ser influenciados de ningún modo a la hora de emitir su voto.

Los fieles rezan por la salud del papa Francisco en el Vaticano. Foto: Reuters/Remo Casilli

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El juramento que deberán aplicar tanto eclesiásticos como laicos de absoluto silencio

Una de las condiciones del proceso es que tanto eclesiásticos como laicos que formen parte -de algún modo- del cónclave deberán prestar un juramento de absoluto silencio respecto de lo que pase puertas adentro de la Capilla Sixtina

Para ser elegido papa, el candidato deberá contar con dos tercios de los votos de los electores, esto significa, sumar 87 votos a favor de los purpurados. 

Ya a partir de este lunes pasado, todo el personal de la Santa Sede debe guardar absoluto silencio. Romper este pacto significa una dura sanción

Los cardenales votarán al nuevo papa. REUTERS/Amanda Perobelli Los cardenales que votarán al nuevo papa deberán permanecer aislados en la Capilla Sixtina. Foto: Reuters/Amanda Perobelli.

Aquí se incluyen desde los propios cardenales, hasta el personal de cocina y limpieza, pasando por médicos, enfermeros y operadores de ascensores que asisten a los eclesiásticos. 

El cardenal Dominique Mamberti. Foto: Reuters/Guglielmo Mangiapane

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¿Cuál es el castigo por romper el juramento de silencio del cónclave?

El duro castigo al que debería enfrentarse cualquier persona que rompa el silencio del cónclave (ya sea de forma directa o indirecta) es la excomunión inmediata. Esto significa la privación activa y pasiva de los sacramentos de la Iglesia católica. 

El Vaticano ofrecerá al público el juramento en directo de los cardenales este miércoles 7 de mayo por la tarde en la Capilla Sixtina. Tras este rito, el maestro de ceremonias papales, Diego Ravelli, pronunciará dos palabras que abrirán oficialmente el cónclave: "Extra omnes" (todos fuera).

El juramento que deben prestar que fue reescrito por el papa Juan Pablo II en 1996, establece lo siguiente: "Prometo y juro que, a menos que reciba una facultad especial otorgada expresamente por el pontífice recién elegido o por sus sucesores, observaré absoluto y perpetuo secreto con todos los que no formen parte del Colegio de Cardenales electores en relación con todos los asuntos directa o indirectamente relacionados con los votos emitidos y su escrutinio para la elección del Sumo Pontífice".

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"Del mismo modo, prometo y juro abstenerme de usar cualquier equipo de audio o video capaz de grabar cualquier cosa que ocurra durante el período de la elección dentro de la Ciudad del Vaticano, y en particular cualquier cosa que de alguna manera, directa o indirectamente, esté relacionada con el proceso de la elección misma".

"Tomo este juramento plenamente consciente de que una infracción del mismo incurrirá en la pena de excomunión automática reservada a la Sede Apostólica. Que Dios y estos Santos Evangelios, que toco con mi mano, me ayuden", concluye el juramento. 

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