Alimentación ecológica: consumir menos carne reduce la huella de carbono

Mas de un tercio de todas las emisiones de gases de efecto invernadero se relacionan con los alimentos. Todo lo que implica producir, procesar, transportar y eliminar la comida genera un impacto directo sobre el medio ambiente.

Los alimentos de origen animal, especialmente la carne roja y los productos lácteos, se asocian a mayores emisiones de gases. Siendo la carne de res el alimento que más gases de este tipo produce. 

Esto se debe, en primer lugar, a que la producción de carne requiere de extensos pastizales, los cuales se obtienen mediante la tala de árboles, liberando grandes cantidades de dióxido de carbono.  

Ganado bovino, huella de carbono. Foto: Unsplash

Por otro lado, el ganado bovino y ovino emiten metano cuando digieren la hierba y las plantas de las que se alimentan. Además, los residuos del ganado, así como los fertilizantes usados en los cultivos para su alimentación emiten óxido nitroso, un poderoso gas de efecto invernadero.

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Los alimentos de origen vegetal, en cambio, suelen utilizar menos energía, terrenos y agua, produciendo una menor cantidad de gases, razón por la cual se considera que las dietas altas en vegetales son una buena alternativa.

Ensalada. Foto: Unplash.

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Otra alternativa para no dejar de lado el consumo de carne

Frente a esta situación, los expertos recomiendan una dieta alternativa: la flexitariana. Esta alimentación podría ahorrarle al planeta el equivalente a 5,13 gigatoneladas de dióxido de carbono al año.  

La dieta flexitariana prioriza el consumo de verduras, frutas, legumbres, frutos secos y granos integrales, y reduce la carne o el pescado, sin eliminarlos por completo.