Una batería diminuta podría darles energía a robots del tamaño de una célula: qué se sabe del proyecto

La tecnología no deja de avanzar y sorprende a las personas con las cosas que puede alcanzar, desde invenciones majestuosas y enormes, hasta otras pequeñísimas al punto tal que se vuelven imperceptibles para el ojo humano a simple vista.
En ese sentido, este nuevo diseño de una batería diminuta se enmarca dentro del último grupo, la cual está pensada para alimentar robots de una célula.

Las baterías son tan diminutas que no pueden verse a simple vista. Foto: Unsplash.
Este sorprendente diseño fue realizado por ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Con esto se lograría el desarrollo de robots autónomos del tamaño de una célula que podrían ser empleados medicinalmente para ser introducidos dentro del cuerpo humano, así como otras aplicaciones igualmente útiles.
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Apenas de 0,1 milímetros de longitud y 0,002 milímetros de grosor, esta batería que a simple vista es imperceptible, tiene la anchura aproximada de un cabello humano.
Está preparada para captar oxígeno del aire y usarlo para oxidar zinc, creando una corriente de hasta un voltio. Esto resulta energía suficiente como para alimentar un pequeño circuito o sensor.
El laboratorio del MIT lleva trabajando años este tipo de desarrollo de robots diminutos que sean capaces de reaccionar y responder a su entorno. Y uno de los mayores retos y dificultades es hacer que este tipo de robots tengan suficiente autonomía y energía durante sus actividades.
Por ejemplo, algo que explica el propio MIT, existen ya lo que se conocen como robots "marionetas", que son aparatos a microescala que se pueden retroalimentar de manera externa con energía solar, pero la limitación que presentan es que deben contar con un láser u otra fuente que los esté alimentando todo el tiempo, por eso reciben el nombre de "marionetas", debido a que dependen de una fuente de energía externa.

La idea es darle aplicaciones medicinales a estos robots diminutos. Foto: Unsplash.
Para este tipo de robots autónomos, creados por el laboratorio de Michael Strano en el citado instituto estadounidense (MIT), se decidió que se utilice un tipo de batería de zinc-aire, dado que tienen una vida útil más larga (son usualmente utilizadas en audífonos).
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El avance tecnológico de estas baterías diminutas consiste en un electrodo de zinc conectado a un electrodo de platino, todo ello incrustado en una tira de un polímero que recibe el nombre de SU-8, el cual se suele usar en microelectrónica. Su funcionamiento se hace efectivo cuando estos electrodos entran en contacto con las moléculas de oxígeno del aire, por lo que el zinc se oxida y libera electrones, que van directo hacia el electrodo de platino, lo que hace que se cree una corriente.
El gran desafío del equipo de investigación es en torno al diseño de robots microscópicos capaces de ser inyectados en las personas y, al ser introducidos dentro del cuerpo humano, que tengan la autonomía y la capacidad de suministrar algún tipo de cura o realizar algún tipo de exploración en él.