Hay una tradición porteña que todavía se mantiene: la de ir a tomar el té y que venga acompañado por gran cantidad de cosas dulces y saladas. Opciones para todos los bosillos, individuales y para compartir.
Merienda en Alice Tea. Foto: Prensa
En tiempos de las abuelas era habitual ir a merendar a una confitería y disfrutar de delicias dulces y saladas en abundancia. Esa costumbre de ir a tomar el té que trajeron los británicos con los scons y los sándwiches de miga bien rellenos. Eran épocas de damas vestidas con ahínco para hacer una pausa por la tarde, y tomar la merienda, ataviados con sombrero tanto ellas como los caballeros.
Para recibirlos, los ambientes eran lujosos, con techos trabajados, mucho mármol y boiserie. Hoy esos mismos lugares asombran a las nuevas generaciones, que descubren y disfrutan de ámbitos históricos en los que aún se comparten tradiciones.
En la oferta de meriendas plenas de delicias de la actualidad existen algunos lugares que mantienen un servicio en el que se ensamblan porciones de torta, facturas, delicatessens varias y opciones saladas acompañadas de café o té.
Desde los locales más emblemáticos y tradicionales, muchos bares notables que siguen demostrando que la hora del té puede ser el mejor momento para favorecer la charla y hasta festejar un cumpleaños entre amigos. Pero también hay lugares más modernos, igualmente cálidos y hasta con propuestas saludables. De ambas opciones ofrecemos aquí exponentes.
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Las Violetas: la prosperidad económica de 1880 produjo una enorme expansión de la ciudad y sus alrededores. Así, en la esquina de Medrano y Rivadavia se instaló una confitería con arañas doradas y mármoles italianos. Se inauguró un 21 de septiembre de 1884 y sus mesas fueron lugar de encuentro de artistas y escritores, entre ellos Roberto Arlt, Alfonsina Storni, Carlos Gardel y Pichuco. En 2017 fue elegido por votación del público como el mejor café notable de Buenos Aires.
Las Violetas, bar notable de la Ciudad de Buenos Aires
El actual edificio es de la década del ‘20, engalanado con puertas de vidrios curvos, vitrales franceses y pisos de mármol italiano. Fue restaurado y hoy luce todo su esplendor.
Aquí el té completo es una tradición que se mantiene: tiene el nombre de Merienda María Callas y remite a “algo más” que una taza de hebras de té, es el recuerdo de las abuelas, con una profusa pastelería que llama la atención de visitantes del mundo entero.
Confitería Las Violetas
De pronto la mesa se llena de productos salados y dulces: desde medialunas con jamón y queso a profiteroles rellenos. Todo tiene la máxima calidad y frescura, asegurando una amplia variedad para elegir a gusto. Precio: $45.400 pueden comer más de dos personas aunque trae sólo dos infusiones.
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Confitería La Ideal: inaugurada en 1912, en un edificio de dos plantas en pleno centro, se hizo con materiales importados de Europa. Arañas francesas, sillones checoslovacos, vitrales italianos, boiserie de roble de Eslavonia tallada artesanalmente, mármoles para las escaleras, cristal biselado para las vitrinas, bronces, hierro negro.
Merienda en La Ideal. Foto: Prensa
Maurice Chevalier, Vittorio Gassman, Robert Duvall y Yoko Ono atravesaron sus puertas. En una última etapa estuvo cerrada para su restauración desde 2017 a manos de los nuevos dueños, que querían dejarla igual o mejor que cuando fue fundada.
Merienda en La Ideal. Foto: Prensa
Abre a las 7:30 y es restaurante, panadería, bombonería y sandwichería. Su ejecutivo y maestro pastelero es Gustavo Nari, el encargado de todas las exquisiteces que se comen allí y se venden en su tienda. Recomendamos pedir el Nuevo Té Ideal 1912, un clásico de la Confitería, para compartir en familia o con amigos, con productos dulces (incluso maccarons) y salados, como una manera de probar todo lo que elaboran. Precio para dos personas: $70.000.
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Le Pain Quotidien, cadena de confiterías de origen belga especializada en panificados y comidas naturales. Su menú celebra la simplicidad de los alimentos frescos y nutritivos.
Para la tarde tiene una propuesta especial que se llama Afternoon Tea e incluye selección de panes artesanales con mermelada o miel orgánicas, queso crema y dulce de leche. Elección de croissant, pain au chocolat o roll de canela / croissant o brioche de jamón y queso / scone o muffin / porción de torta, budín o brownie. Dos bebidas de cafetería y dos bebidas frías caseras por$ 36.500.
Afternoon tea en Le Pain Quotidien. Foto: Prensa
Esta propuesta está disponible en toda su red de locales, que tienen mesas individuales y para compartir con desconocidos, con una decoración en la que priman la madera y los elementos naturales.
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Alice's Tea House es una casa de té ubicada en el corazón de San Telmo que ofrece un ambiente cálido y acogedor, ideal para disfrutar de las tardes de té en familia, en pareja o con amigos. Tiene espacios grandes y otros íntimos en sus dos locales pintados en tonos pasteles, ambientación minimalista, flores en las vajillas y que además son pet friendly. Para las tardes de relax tienen varias propuestas:
Merienda en Alice Tea. Foto: Prensa
Merienda en Alice Tea. Foto: Prensa
Además crearon el té Alice’s Blend: cosecha de té negro proveniente de Ceylon, con ciruelas, almendras, cacao de Venezuela, vainillas de Madagascar y pétalos de rosa. Toda la calidez posible para este blend pensado especialmente para la hora del té ($4.000 la tetera chica).
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Hay un clásico en pleno centro porteño, el Bar Notable La Giralda, que reabrió sus puertas en 2021 con una nueva administración. Su nombre hace referencia a la célebre torre campanario que con sus 104 metros engalana la ciudad de Sevilla. Y de Andalucía recupera también una tradición: el chocolate con churros.
Merienda en La Giralda: chocolate con churros. Foto: Pato Daniele
Este tradicional café y chocolatería del centro de la ciudad no ha perdido nada de su estilo desde su inauguración en 1951. Continúan su mostrador de madera, que luce las clásicas campanas de vidrio para proteger los sándwiches, sus espejos tallados y los grandes estantes cubiertos de botellas de todo tipo.
Merienda en La Giralda: chocolate con churros. Foto: Pato Daniele
Aquí hay que probar y disfrutar de una merienda distinta: la del chocolate bien espeso acompañado por churros livianos y esponjosos. Pueden ser comunes, rellenos o bañados en chocolate. Precio: $10.000. ¡Inolvidables!
También tienen una propuesta de merienda para compartir que incluye dos chocolates en tazón, 6 churros, 2 copas de jugo y 1 cuadrado, budín o alfajor a elección por $25.000.
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