Dormir con la televisión prendida: qué dice este hábito sobre la salud mental, según expertos

Aunque se percibe como una rutina inofensiva, los especialistas advierten que puede afectar el descanso y revelar necesidades emocionales profundas.
Hábitos de sueño. Foto: Freepik.
Hábitos de sueño. Foto: Freepik.

Para muchas personas, dormir con la televisión encendida se convirtió en una costumbre habitual. Este comportamiento, en apariencia inofensivo y asociado con la necesidad de relajación, intriga tanto a psicólogos como a expertos en sueño, quienes buscan entender sus consecuencias.

¿Qué lleva a alguien a necesitar ruido e imágenes para conciliar el sueño? ¿Y qué consecuencias trae esto para la salud? Desde la psicología, se interpreta que esta práctica puede ser un mecanismo de defensa ante el silencio, la soledad o la ansiedad.

Hábitos de sueño. Foto: Freepik.
Hábitos de sueño. Foto: Freepik.

Hábitos de sueño. Foto: Freepik.

El televisor como compañía nocturna: las claves psicológicas de un mal hábito

Según diversos estudios, el sonido constante del televisor puede ofrecer una sensación de compañía o ayudar a distraer la mente de pensamientos acelerados o angustiosos. Esto resulta particularmente común en personas que viven solas o que han desarrollado una dependencia emocional hacia ciertos estímulos ambientales.

Muchas veces, el televisor actúa como una especie de "ruido blanco emocional", que permite a la persona sentirse acompañada, contenida y distraída. Sin embargo, cuando se convierte en la única forma de dormirse, es una señal de que hay algo más que debe ser abordado de forma inmediata.

Desde el punto de vista fisiológico, el problema radica en la luz azul que emiten las pantallas. Esta luz inhibe la secreción de melatonina, hormona esencial para el inicio del sueño, lo que puede llevar a despertarse mucho durante la noche y, consecuentemente, a una menor calidad del descanso.

Pareja viendo televisión; San Valentín. Foto: Grok.
Pareja viendo televisión; San Valentín. Foto: Grok.

Hábitos de sueño. Foto: Grok.

A esto se suma el contenido audiovisual, que muchas veces es estimulante o cambia de volumen repentinamente, interrumpiendo los ciclos profundos del sueño. Para combatir esta práctica, los expertos en sueño recomiendan establecer una rutina nocturna saludable, la cual consiste en:

  • Apagar todos los dispositivos electrónicos al menos 30 minutos antes de dormir.
  • Optar por actividades relajantes como leer, escribir o meditar.
  • Mantener el dormitorio oscuro y silencioso.
  • Evitar consumir contenido que genere excitación emocional o mental en las horas previas al descanso.

En última instancia, este hábito podría ser una señal de una necesidad no resuelta que merece ser explorada. La consulta con un profesional en salud mental puede ayudar a comprender el origen de esta conducta y a incorporar estrategias que favorezcan un sueño verdaderamente reparador. Porque, aunque la televisión pueda ser una compañía fácil, el descanso merece un abordaje más profundo.