Lo dice la ciencia: a qué hora es recomendable desayunar y cómo influye cada estación del año
Existe un horario estipulado ideal para desayunar, además de que el clima influye en los alimentos que elegimos para comenzar el día.

El desayuno es muy importante, debido a que es la primera fuente de energía del día y cumple una función que es clave para el cuerpo y el cerebro. De hecho, después de muchas horas sin comer, el cerebro necesita glucosa para funcionar bien, por lo que ingerir alimentos ayuda a mejorar la atención, la memoria y el rendimiento intelectual, especialmente si hablamos de niños.
Como se trata de un momento sagrado del día, debe ser respetado como tal. Por eso, hay estudios que indican a qué hora hay que desayunar en cada época del año para el correcto funcionamiento del cuerpo y del metabolismo.

Lo ideal es desayunar dentro de los 30 a 60 minutos después de despertarse, y preferentemente antes de las 8 de la mañana. Esto se debe a que en ese momento el cuerpo tiene mayor sensibilidad a la insulina, lo que permite aprovechar mejor la glucosa y comenzar el día con energía.
El cuerpo sigue un ritmo biológico en el que el cortisol, la hormona que regula el estrés y la energía, alcanza su pico entre las 8 y 9 de la mañana. Y si no se ingiere alimento antes de que empiece a bajar, el cuerpo interpreta que continúa en ayuno, lo que puede provocar niveles elevados de cortisol, inflamación y la degradación de músculo para generar glucosa.

En este sentido, según The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism desayunar temprano y apenas nos levantamos ayuda a “avisarle” al cuerpo que ya puede relajarse y usar la energía eficientemente.
Cómo influye el clima en el desayuno: ¿Qué cosas tenemos en cuenta?
El clima tiene un impacto directo en nuestras elecciones alimenticias, especialmente por las necesidades energéticas y de hidratación:
En verano y primavera, con el calor y la necesidad de mantenernos hidratados, solemos preferir alimentos frescos y livianos, con alto contenido de agua como sandía, melón o tomate, y con menos calorías, ya que el cuerpo no requiere tanta energía para mantenerse.
En invierno y otoño, por otro lado, el organismo necesita más calorías para conservar la temperatura corporal. Por eso, se opta por desayunos más calóricos y reconfortantes, como guisos livianos, panes integrales con huevo o alimentos con grasas saludables, que brindan energía sostenida y sensación de saciedad.

Para mantenerse sano y fuerte, es ideal desayunar antes de las 8 de la mañana o dentro de la primera hora desde que te levantás. Y la mejor combinación para comenzar el día, es la siguiente:
- Proteínas: huevos, yogur griego
- Fibra: avena, pan integral
- Grasas saludables: palta, frutos secos
Cabe destacar que es importante variar los ingredientes para evitar intolerancias y asegurar una nutrición completa. Además, otro consejo útil de los nutricionistas es ajustar el desayuno al clima: frutas frescas e hidratantes en verano; comidas calientes y nutritivas en invierno.



















