Abel Pintos deleitó a 70 mil personas en dos noches inolvidables en River

UN ARTISTA MONUMENTAL. Sin dudas, Abel lo es. Emocionó a todos. Se llenó de aplausos y ovaciones. Culminó el año en lo más alto.

"Gracias familia por estar", le dijo Abel Pintos entre lágrimas a la multitud, en el final de un año intenso que lo volvió a tener entre los artistas más convocantes del país y que lo llevó a ofrecer dos conciertos multitudinarios en el estadio de River.

La tan esperada llegada del artista al Monumental para poder colgarse la medalla de haber estado allí, como él mismo lo definió, tuvo momentos de incertidumbre el sábado (por la tormenta acechando) y el lunes, por el paro general en rechazo a la reforma previsional, pero nada opacó la fiesta.

Repasando sus 22 años de carrera, nacida en el seno del folclore, Pintos realizó dos shows increíbles en el estadio Monumental, en el que tuvo como invitados especiales a León Gieco, Ciro Martínez, Nahuel Penissi, Benjamín Amadeo, la española Malú y el colombiano Santiago Cruz y el bailarín Hernán Piquín.

La lista de temas tuvo a lo largo de las casi tres horas de show a "Pájaro cantor", "Cómo te extraño", "Oncemil", "Tres", "Mariposa", "Sueño dorado" y "Cactus".

Sin embargo, uno de los momentos más emocionantes fue cuando cantó a dúo con Marcelo Morelo la canción "Aventura", y en ese momento la cantante le agradeció que pese al día tan tenso que vivió el país en las calles, él estuviera en el escenario.

Uno de los puntos más impresionantes del show fue la versión de "Pensar en nada" que el sábado compartió con Gieco y el lunes con Ciro Martínez, quien no solo cantó sino que también tocó la armónica a un ritmo bien rockero.

"Estos conciertos para mí eran un símbolo muy importante, porque de alguna manera lo entendía de esa forma. Minutos antes de salir a escena entendí por qué esto era un símbolo. Hace 22 años empezamos un camino que nos tiene aquí y que Dios solo sabe dónde nos tendrá más adelante. Siempre disfrutamos y fuimos felices. Todo lo compartimos con amor y respeto y por eso nos hemos ganado la oportunidad de llamarnos una familia. Viva la familia, carajo", expresó Pintos con lágrimas en los ojos que no pudieron ocultar sus anteojos oscuros.

La puesta del show fue con una tecnología increíble, con dos pantallas gigantes y en un formato diferente para lo que River está acostumbrado en mega recitales, ya que el escenario estuvo de espaldas a la calle Udaondo y no a la avenida Figueroa Alcorta.

En un momento del show, Abel Pintos pasó del escenario principal a una pequeña plataforma ubicada en el centro del campo de juego, en donde interpretó dos temas para "verlos más de cerca a los del fondo".

La "fiesta abelera" no se privó de tener lo éxitos de este joven nacido en Bahía Blanca, que bailó cumbia, mostró su lado histriónico y construyó momentos de mucha emotividad, con la complicidad de un público cautivo y heterogéneo.

"En un día tan tenso como el de hoy, y muy triste por momentos, hemos compartido algo tan sutil y sanador como es la música y todos la vivimos de una manera maravillosa. Para mí es un gesto de amor y humanidad hermosísimo", agradeció Pintos casi al final del show, que el lunes coincidió en su cierre con los cacelorazos de protesta en distintos barrios.