Justina Lo Cane, la niña que con sólo 12 años cambió la historia de los trasplantes en Argentina

A la espera de un corazón que nunca llegó, su historia inspiró una ley que llevó a hacer donantes de órganos a todos los adultos.

Por Rebeca Hirschfeld

Martes 30 de Mayo de 2023 - 00:01

Día Nacional de la Donación de Órganos, Justina Lo CaneJustina Lo Cane

Justina Lo Cane tenía un año y medio cuando recibió junto a sus padres la noticia de que padecía una cardiopatía congénita. 

A partir de ese momento, con controles y medicamentos, logró llevar adelante una vida normal hasta que a los 12 años, el cuadro se complicó y la llevó a la necesidad de un trasplante de corazón. 

Justina fue internada el 31 de julio de 2017. Posteriormente volvió a su casa para esperar el corazón, pero las cosas se complicaron un poco y tuvo que regresar al sanatorio. Ante esa situación Ezequiel Lo Cane, padre de Justina, habló con ella y le contó que muchas familias hacían campañas de difusión para conseguir donante y le propuso iniciar una. Fue allí cuando la pequeña respondió: "Papi, ayudemos a todos los que podamos, no sólo a mí". 

Desde ese instante, comenzaría a gestarse “Multiplicate x 7”, la campaña que indicaba que "son siete los órganos principales que se pueden donar", y el mensaje sería: "El día que te vas, multiplicá tu vida por siete”. 

A partir de septiembre, la campaña tomó un impulso pocas veces visto. El país entero hablaba de la historia de Justina y las redes sociales de “Multiplicate x 7” se llenaban de fotos de famosos, anónimos y gente que esperaba un trasplante. 

Los datos lo corroboraban. Al inicio de la campaña, la cifra de donantes mensuales registrados en el INCUCAI (Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante) pasó de 6.490 en junio a 14.192 en agosto.

Justina

El objetivo se estaba implantando, la discusión acerca de la importancia en la donación de órganos llegaba a todos, pero el donante para Justina no aparecía. 

Los días pasaban y la situación de la pequeña se complicaba cada vez más. Los abrazos solidarios al hospital de la Fundación Favaloro eran la rutina de fe en que ese corazón llegaría. 

El 6 de noviembre circuló que Justina podría recibir el corazón de otra niña que, como ella, tenía 12 años. Se llamaba Abril Bogado y había sido asesinada en La Plata cuando dos ladrones emboscaron el auto en el que volvía a casa junto a su familia. Pero esa posibilidad no era viable según los médicos quienes explicaron que en el caso de Abril no se había podido “llevar a cabo el protocolo de diagnóstico de muerte bajo criterios neurológicos dada la inestabilidad hemodinámica de la niña, hecho que la llevó a un paro cardíaco irreversible, circunstancia que imposibilita la donación de órganos”. 

Mientras tanto, la gente seguía comprometiéndose con la causa y el número de donantes inscriptos por día seguía elevándose. El 2017 terminaría siendo récord en el registro de donantes y también en trasplantes. 

Mientras tanto, el estado de salud de Justina continuaría complicándose, hasta que el 22 de noviembre llegó el peor de los desenlaces: “Se nos fue el sol. Se nos fue Justina. Esperó 4 meses y luchó, con todas sus fuerzas, para que llegara ese corazón. Por múltiples factores que afectan al sistema de salud argentino nunca llegó la salvación para ella. Todos los que vivieron una situación igual lo saben. El sistema nunca juega a favor de los pacientes”, decía la carta publicada por sus padres en ese entonces.

Falleció Justina

En el mismo mes, se registraron como donantes más de 100.000 personas y es que la historia de Justina movilizó a cada rincón del país y su partida sería el impulso de la ley que lleva su nombre, la 27.447, que dispone que toda persona mayor de 18 años es donante de órganos o tejidos salvo que haya dejado constancia expresa de lo contrario. 

La medida, ya vigente en países como Uruguay, Venezuela, Colombia, México o España, ha demostrado tener una enorme incidencia en la cantidad de trasplantes realizados. 

A su corta edad, con simpleza, generosidad y bondad, Justina nos dio a todos una lección de solidaridad y compromiso.

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