Las tres recomendaciones de la neurociencia para cuidar nuestro cerebro desde la alimentación

Una buena alimentación ayuda a cuidar nuestro cerebro. Foto: Unsplash.

El sobrepeso y la obesidad son enfermedades comunes en la sociedad de hoy en día. Tener grasa de más en la zona abdominal no solo aumenta la incidencia de padecer diabetes y afecciones cardíacas, sino que también tiene un gran impacto sobre uno de los órganos vitales para la vida humana: el cerebro.

Según los expertos, el área del cerebro encargada de emitir los pensamientos complejos, la planificación y el autocontrol, reduce sus funciones en las personas con sobrepeso. Esto genera en la persona el deseo de comer. La comida llega a transformarse en una adicción.

Funciones del cerebro. Foto Unsplash.

El exceso de grasa en el cuerpo se almacena en el tejido celular subcutáneo y en el tejido adiposo visceral, generando citoquinas proinflamatorias, las cuales desencadenan un estado de inflamación sistémica crónica y resistencia a la insulina, lo que aumenta el riesgo deterioro cognitivo, Alzheimer y otros tipos de demencia.

Además, quienes tienen obesidad tienen mayor probabilidad de tener diabetes de tipo 2, hipertensión y colesterol alto.

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Recomendaciones a tener en cuenta

La obesidad es un problema de salud crónico. Es necesario crear hábitos saludables para poder hacerle frente a esta enfermedad que causa estragos en la actualidad. A continuación, las recomendaciones a tener en cuenta:

• Realizar actividad física

Ejercicio. Foto: Unsplash.

La actividad física brinda diversos beneficios tanto para la salud mental y física. La salud del corazón y el cerebro mejorar notablemente cuando el cuerpo se muevo continuamente.

Además, aumenta los niveles de serotonina reduciendo la ansiedad y la depresión. El ejercicio previene el deterioro cognitivo ligado a la edad en personas sanas, reduce el riesgo de desarrollar demencia y puede mejorar la calidad de vida en personas con esta enfermedad.

Los datos evidencian esta afirmación: estudios de imagen confirman que el volumen del hipocampo (una región del cerebro importante para el aprendizaje y la memoria) es mayor en las personas que tienen una mejor condición física en comparación con sus compañeros sedentarios.

• Llevar a cabo una alimentación saludable

Alimentación saludable. Foto: Unsplash.

Una buena alternativa es el patrón de alimentación MIND, una dieta que es beneficiosa tanto para el corazón como para el cerebro.

Este tipo de alimentación propone combinar los nutrientes indispensables en lugar de incorporar componentes por separado. MIND incluye el consumo de gran variedad de frutas y verduras, pescado, granos enteros (cereales y legumbres), grasas saludables (como aceite de oliva y frutos secos). Además, propone limitar el consumo de carnes rojas a tres o cuatro veces por semana, dejando de lado las comidas con excesos de grasas malas y azúcar.

Este patrón alimentario tendría un efecto neuroprotector debido a su efecto antiinflamatorio

• Incorporar un plan integral para mantener un peso saludable

Obesidad. Foto Unsplash.

Si se tiene sobrepeso, perder entre el 5 y 10% del peso corporal total puede mejorar la presión arterial, las alteraciones metabólicas y la inflamación. Afecciones que están en estrecha relación con la salud cerebral.

Incorporar a la vida cotidiana un plan de alimentación que se adecúe a nuestras necesidades y realizar actividad física, son cuestiones claves para poder mantener a nuestro cuerpo y cerebro sanos.