De la princesa Elisabeth a la futura reina Amalia: los impactantes looks que marcaron la coronación del Gran Duque de Luxemburgo

Princesas y reinas europeas deslumbraron con vestidos de alta costura, capas dramáticas y accesorios de lujo, consolidando la influencia de la estética en las ceremonias monárquicas contemporáneas. Un repaso por las vestimentas más destacadas.
Amalia de Holanda y Elisabeth de Bélgica.
Amalia de Holanda y Elisabeth de Bélgica. Foto: Instagram / pointdevue.

Este viernes 3 de octubre, Luxemburgo vivió una jornada histórica con la abdicación del Gran Duque Henri y la proclamación de su hijo, Guillermo, como nuevo soberano del país.

El evento, conocido popularmente como “Trounwiessel”, que significa “cambio de trono”, reunió a las principales casas reales europeas en una ceremonia que mezcló lo institucional con un despliegue de elegancia y estilo. A continuación, un repaso por los looks femeninos más destacados de la jornada.

Coronación del Gran Duque de Luxemburgo. Foto: Instagram / courgrandducale.

La jornada comenzó en la Cámara de Diputados, donde Guillermo prestó juramento como nuevo Gran Duque, consolidando así la continuidad de una de las monarquías más antiguas del continente. Luxemburgo, pequeño en territorio pero de gran relevancia diplomática y financiera en Europa, subrayó con este acto la importancia simbólica de la estabilidad dinástica.

Más allá del acto político, la coronación se convirtió en un escenario privilegiado para la moda. Las invitadas deslumbraron con elecciones que marcaron tendencias y reflejaron el delicado equilibrio entre el protocolo y la modernidad.

Los looks que marcaron la entronización del Gran Duque Guillermo de Luxemburgo. Video: rickeversroyal.

Uno por uno, los looks que marcaron la entronización del Gran Duque Guillermo de Luxemburgo

Entre los estilismos más comentados destacó el de la princesa Elisabeth de Bélgica, quien apostó por un vestido azul medianoche de silueta reloj de arena, decorado con aplicaciones brillantes.

Princesa Elisabeth de Bélgica. Foto: Instagram / duchessofbrabant.

Su elección fue interpretada no solo como un despliegue del gusto refinado de vestimenta que la caracteriza en este tipo de eventos, sino también como un posicionamiento dentro de la esfera pública europea, consolidando a la joven como figura emergente en la realeza.

La heredera neerlandesa, Amalia de Holanda optó por un conjunto en tonos burdeos que transmitió fuerza y seguridad. Su vestido entallado en satén pertenecía a la firma Alex Perry, mientras que la capa en un tono más oscuro fue diseñada por Valentino, pieza que, según trascendió, habría tomado prestada de su madre. El look monocromático, complementado con un bolso de charol y salones de terciopelo, proyectó madurez y personalidad propia.

Princesa Amalia de Holanda. Foto: Instagram / theprincessesroyals.

Fiel a su estilo arriesgado, la reina Máxima de los Paísos Bajos lució un vestido de Natan Couture, acompañado de un abrigo-capa diseñado por Claes Iversen. El conjunto, en tonos verde oliva y camel, evocaba una reinterpretación de la estética militar con un aire refinado y contemporáneo. Sus guantes verdes, stilettos en ante gris y un clutch de Bottega Veneta con tachas metálicas reforzaron su impronta maximalista, aunque en una versión más contenida que en otras ocasiones.

Reina Máxima de los Países Bajos. Foto: Instagram / rickeversroyal.

Como anfitriona, la Gran Duquesa María Teresa se inclinó por un vestido exclusivo de Natan, en tono burdeos intenso, con escote geométrico y capa integrada. El diseño, solemne pero más que majestuoso para la ocasión, reforzó su rol central en la ceremonia y se convirtió en una de las piezas más fotografiadas de la jornada.

La Gran Duquesa María Teresa de Luxemburgo. Foto: Gtres.

La reina Matilde de Bélgica también se sumó a la tendencia burgundy, con un vestido de manga larga y escote de encaje geométrico que equilibraba sobriedad y sofisticación. Aunque el diseñador aún no se confirmó, el detalle de complementar su atuendo con un bolso Lady Dior monocromático subrayó la coherencia y el clasicismo de su elección.

Reina Matilde de Bélgica. Foto: Gtres.

En esta coronación, el poder de la moda quedó patente como un lenguaje paralelo al político. Cada elección de color, tejido y accesorio no solo buscó resaltar la elegancia, sino también transmitir mensajes de unidad, continuidad y fortaleza en una Europa que aún mira con fascinación la vigencia de sus monarquías.