Mantener el jardín colorido: cómo cuidar los rosales para que sigan floreciendo durante todo el verano

A diferencia de otras especies, los rosales no florecen de manera continua por sí solos. Por este motivo, es importante conocer algunos simples cuidados relacionados a su riego, sus nutrientes y el control de plagos. Conocélos.
Los rosales llenan de color el jardín de un hogar.
Los rosales llenan de color el jardín de un hogar. Foto: Unsplash.

La primera floración de los rosales suele ser la más abundante: una auténtica explosión de color y aroma que inaugura la temporada. Sin embargo, con el paso de las semanas, ese esplendor inicial puede disminuir si la planta no recibe los cuidados necesarios.

Teniendo en cuenta este detalle, es importante saber que, a diferencia de otras especies, los rosales no florecen de manera continua por sí solos. Esta hermosa planta necesita pequeñas intervenciones que los estimulen a producir nuevos brotes.

Por ende, una vez que los rosales alcanzan su punto máximo y comienzan a secarse, conviene retirarlas. Esta acción ayuda a que la planta concentre su energía en desarrollar nuevos brotes florales en vez de formar frutos o semillas.

La primera floración de los rosales suele ser la más abundante. Foto: Unsplash.

Además de estimular una segunda floración, esta práctica mejora la estética general del arbusto y evita la aparición de enfermedades en pétalos y tallos. En caso de hacerlo regularmente, el rosal mantiene un aspecto fresco durante toda la temporada.

Por otro lado, es importante cuidar la dosis del riego. Lo más recomendable es regar en la base del rosal, directamente sobre la tierra, evitando mojar flores y hojas, debido a que la humedad superficial favorece hongos y manchas.

En primavera y verano, el riego puede hacerse cada 10 a 15 días, ajustando según el clima. Los rosales prefieren riegos espaciados y profundos, que promuevan raíces fuertes, antes que aportes superficiales frecuentes.

Los rosales no florecen de manera continua por sí solos. Foto: Unsplash.

En otro de sus cuidados, el rosal necesita nutrientes para continuar produciendo nuevos pimpollos: agregar compost maduro o humus de lombriz es una forma natural de reponer esa energía.

También, pueden usarse fertilizantes minerales balanceados ricos en fósforo y potasio, que estimulan la floración y fortalecen el sistema radicular.

¿Cómo cuidar los rosales?

Un pie limpio también facilita la absorción del agua y los nutrientes. Por eso, hay que retirar las hojas secas, malezas o restos de flores, para evitar que se acumulen plagas y mejorar la ventilación.

El rosal necesita nutrientes para continuar produciendo nuevos pimpollos Foto: Unsplash.

Por ejemplo, las hormigas pueden afectar el desarrollo de los brotes tiernos y favorecer la aparición de pulgones. Conviene controlarlas con cebos o productos específicos para suelo, evitando el uso de insecticidas de amplio espectro que dañan abejas y mariposas.