Boleta Única en Papel: ¿una solución o un problema para la democracia argentina?

Las recientes elecciones que consagraron un triunfo de La Libertad Avanza a nivel nacional tuvieron una particularidad inédita: el debut de la Boleta Única en Papel, utilizada en los centros de votación de todo el país. La novedad generó discordia entre los principales partidos políticos.
Desde el oficialismo, se destacó la rapidez con la que salieron los resultados: pasadas las 21, Guillermo Francos anunció que ya se había escrutado más del 90% de las mesas. En el discurso triunfal, Javier Milei resaltó que la boleta única “termina con la trampa” y favorece un “sistema democrático transparente”.
Desde la oposición, la voz más resonante fue la de Axel Kicillof, que criticó la implementación del nuevo dispositivo a la hora de votar: “Esto es más caro y además es nuevo, con lo cual ahí en la cola me decían todas las dudas de cómo votar. Nos hemos pasado todo este tiempo trabajando nosotros en cada municipio, toda la dirigencia, yo mismo, los candidatos, todos explicando cómo se votaba por una decisión que no está respaldada en lo que se decía”.
“Ni el otro sistema trae fraude, porque no lo trajo, ni era un problema de costo porque claramente era menor con la boleta de papel partidaria”, defendió el gobernador de la provincia más poblada del país.
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Lo cierto es que la adopción del nuevo sistema fue dispareja a lo largo y ancho del país. Algunas provincias ya estaban más acostumbradas a su utilización; Córdoba, Mendoza y Santa Fe; y otras estrenaron en los últimos años un método de votación similar; Ciudad de Buenos Aires con la Boleta Única electrónica.
Por lo tanto, la comparación siempre será injusta al generalizar conclusiones que pueden llegar a ser válidas parcialmente, para algunos distritos y para algunas ocasiones.
También hay que tener en cuenta que es la primera vez que se utiliza esta herramienta a nivel nacional, por lo que su implementación podría ir mejorando elección a elección.
Estadísticas sobre el debut de la Boleta Única en Papel en todo el país
En las elecciones de octubre de 2025, se emitieron 24.263.248 votos. Hubo una participación del 67,92% del padrón electoral, 2,74% de votos en blanco (664.994) y 2,47% de votos nulos (597.938). Para tomar dimensión de estos números, lo correcto sería compararlos con las elecciones de 2021, ya que las de hace dos años estarán viciadas por coincidir con la elección de un nuevo presidente.
El 14 de noviembre de 2021 se emitieron 24.406.798 votos, una participación del 71%. Hubo 2.93% de votos en blanco (715.973) y 1.78% de votos nulos (433.869).

Una lectura rápida de estas cifras permite decir que hubo un leve aumento en la cantidad de votos nulos - más de 160 mil-, considerando además el descenso de la participación. Como fue indicado anteriormente, esto podría responder a un desconocimiento sobre la herramienta electoral, aunque tampoco habría que descartar la comprensión del voto nulo como una expresión de enojo, bronca o desencanto con la oferta política en general.
En la provincia de Buenos Aires, donde se utilizó por primera vez este sistema, se registraron 9.013.159 votos emitidos -68,19% de participación- de los cuales un 1,15% (103.947) fueron en blanco y 2,28% (206.177) nulos. La cantidad de votos nulos mantiene niveles porcentuales parecidos a los de la elección nacional.
En la Ciudad de Buenos Aires, que ya se utilizó la Boleta Única Electrónica, se registraron 1.732.259 votos emitidos, 69,20% de participación. 4,61% (79.960) de votos en blanco y 1,32% (23.035) de votos nulos.
En la provincia de Córdoba, que utilizó la Boleta Única en Papel para cargos distritales desde 2011, se emitieron 2.024.254 votos (65,14% de participación). Hubo un 1,43% (29.100) de votos en blanco y 2,58% (52.338) de votos nulos.
Una comparación más exhaustiva requeriría del análisis de una mayor cantidad de casos, sin embargo, el caso cordobés no parece demostrar un descenso de los votos nulos a una mayor familiaridad con la boleta.
A su vez, se destacó una mayor rapidez a la hora del recuento de votos, que para las 21:15 ya se había alcanzado un 90% de las mesas escrutadas. También hay que mencionar que, al haber desdoblamientos, solo se contabilizaron las votaciones de representantes del poder legislativo nacional. Habría que esperar a una elección con mayor cantidad de cargos a repartir para realizar una comparación más adecuada.
Fuera de los datos estadísticos, las opiniones de los votantes fueron de lo más variadas, destacándose la velocidad a la hora de emitir el voto, la falta de privacidad y el ahorro en costos económicos y ambientales por la impresión de solo una boleta.




















