La Corte Suprema rindió homenaje a los jueces del juicio a las Juntas: “Gracias eternas”
El acto tuvo lugar en el salón de los Pasos Perdidos del Palacio de Justicia y contó con más de 300 invitados que aplaudieron a los entonces jueces Carlos Arslanián, Ricardo Gil Lavedra, Guillermo Ledesma y Jorge Valerga Aráoz, y recordaron a los jueces ya fallecidos Andrés D’Alessio y Jorge Torlasco.

Al cumplirse 40 años de la sentencia a las Juntas Militares, la Corte Suprema de Justicia de la Nación rindió hoy homenaje a los integrantes del tribunal que llevaron adelante ese histórico juicio.
“Señores jueces: por haber sostenido las instituciones republicanas cuando ellas flaqueaban y estaban en riesgo; por haber sostenido los pilares de la democracia; por habernos enseñado que los jueces independientes pueden combatir al mal, incluso al mal absoluto, por caminos civilizados… Nosotros queremos decirle hoy en este ámbito: gracias eternas”, sostuvo hoy el presidente de la Corte Suprema Horacio Rosatti, al cerrar el acto que tuvo lugar en el salón de los Pasos Perdidos del Palacio de Justicia, ante más de 300 invitados que aplaudieron a los entonces jueces Carlos Arslanián, Ricardo Gil Lavedra, Guillermo Ledesma y Jorge Valerga Aráoz y recordaron a los jueces ya fallecidos Andrés D’Alessio y Jorge Torlasco.

“Estoy francamente emocionado”, dijo Arslanián. “No fue una tarea fácil, pero todos teníamos la firme convicción de que el horror del pasado necesitaba un juicio justo”, añadió Gil Lavedra, tras señalar que, aunque han recibido otros premios y distinciones, “este tiene un sentido especial” porque “se trata del reconocimiento del más alto tribunal de la República a un proceso judicial celebrado hace 40 años”.
Valerga Aráoz ponderó que con esa sentencia se cumplió con dar una respuesta nacional e internacional. “Ni en mis sueños más descabellados podía haber estado el ser honrado como uno de los jueces que realizó el juicio más importante que tuvo el país”, dijo Ledesma. Todos destacaron “la audacia del presidente Ricardo Alfonsín de someter a juicio a los máximos responsables de los crímenes de la dictadura” en un contexto en donde la continuidad democrática estaba garantizada.

En su discurso, Rosatti aseguró que “en la Argentina el tránsito de un gobierno antidemocrático a un democrático se había desarrollado hasta 1983 de una forma muy peculiar: sin rendir cuentas” y “esta especie de amnesia autoinfligida, esta especie de olvido artificial, generaba impunidad”, pero ese “círculo vicioso” se quebró “por impulso del presidente Alfonsín” que decidió avalar el juzgamiento de los crímenes de la dictadura.
“Los jueces que hoy homenajeamos, los fiscales intervinientes, el personal de los tribunales de la Cámara, demostraron que no se trató ni de impunidad ni de venganza, sino de un auténtico juicio público”, señaló.

El presidente de la Corte subrayó “el contexto en el que fue desarrollado este proceso”, “cargado de acechanzas, de peligros, de riesgos para la institucionalidad, con el extorsiones explícitas o veladas”. “Ellos nos demostraron en una lección que los jueces de hoy debemos honrar, que aún en los momentos más complejos, más difíciles; aún en las situaciones más adversas, hay que hacer lo que hay que hacer siempre. Es decir: hay que hacer lo correcto”.
“El caso argentino es un caso ejemplar. Ejemplar porque no se trató de la impunidad de los vencedores. Ejemplar porque los delitos por los que se jugó a las Juntas Militares ya estaban previstos en el Código Penal. No hubo invención de tipificación de ilícitos ad hoc. Es decir, se respetó escrupulosamente la ley previa al juzgamiento. Tampoco hubo tribunales especiales. Los tribunales que juzgaron primero el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas y después la Cámara Federal eran tribunales preestablecidos. Es decir, se respetó la garantía de juez natural. Y el procedimiento que se siguió fue un procedimiento que también estaba basado en la ley ritual. Hubo igualdad de oportunidades. El juicio fue público. Hubo control de la prueba, asistencia técnica y eso coronó en una sentencia que como aquí se ha dicho fue impecable”, afirmó.
“Lo que hicieron fue titánico”, dijo el vicepresidente de la Corte, Carlos Rosenkrantz. Y destacó al presidente Alfonsín que “basado en sus convicciones” avanzó con la necesidad de ingresar a la democracia con el juzgamiento a los militares. “En 1985 nada estaba garantizado”, dijo y habló del “coraje” de aquellos integrantes de la Cámara Federal que “transitando el derecho “condenaron a los que encontraron culpables y absolvieron a los que consideraron inocentes”.

Por su parte, Lorenzetti subrayó que los homenajeados “elevaron el prestigio de la Justicia” con su sentencia. “Mostraron coherencia. Porque más allá de los avances y retrocesos que ha tenido esta política de defensa de derechos humanos, lucha contra el terrorismo de Estado, ellos supieron mantenerla a lo largo del tiempo, aún después de firmar esta sentencia. Los homenajeamos también por su imparcialidad y demostraron que todos los argentinos somos iguales ante la ley”. “Estos jueces demuestran ejemplaridad”, afirmó. Y destacó que “no hay cambios en el contrato social de los argentinos” en materia de derechos humanos “ni ahora ni más adelante”.
El homenaje no fue solo de la Corte sino también de los actuales integrantes de la Cámara Federal porteña: Mariano Llorens, Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi, Martín Irurzun, Eduardo Farah y Roberto Boico. Como su presidente, Llorens también dio su discurso para destacar la valentía de aquellos magistrados.
En la primera fila lo oía el ex integrante de la Corte Suprema, Juan Carlos Maqueda, que se abrazó con los homenajeados y los familiares de los jueces fallecidos, quienes también dieron sus discursos. La banda de música de la Policía Federal fue la encargada de abrir el evento con el Himno Nacional.

Del evento participaron los integrantes de la Cámara Federal de Casación Penal (Daniel Petrone, Diego Barroetaveña, Carlos Mahiques, Mariano Borinsky, Gustavo Hornos, Angela Ledesma, Guillermo Yacobucci, Alejandro Slokar y Javier Carbajo) y jueces de primera instancia de Comodoro Py 2002 como Julián Ercolini, María Eugenia Capuchetti, Daniel Rafecas, Marcelo Martínez De Giorgi, Sebastián Casanello y Sebastián Ramos. Además, estuvieron invitados representantes de tribunales orales federales como Andrés Basso (a su vez presidente de la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional), Néstor Costabel o Jorge Gorini.
Al término del acto, jueces e invitados pudieron pasar al Salón de Derechos Humanos, donde tuvo lugar aquel juicio, en donde estaban exhibidas la sentencia dictada aquel 9 de diciembre de 1985 y también pantallas gigantes en donde se veían los testimonios de las víctimas que, en aquella temprana democracia, relataban el horror que habían sufrido en los años de la dictadura. En su discurso, Rosatti anunció que ese salón pasará a integrar el Museo de la Corte Suprema que se inaugurará en el primer semestre del año próximo.















